El lado cultural de la fiesta nacional
Palacios, jardines y museos celebran un día de puertas abiertas, una celebración que complementa el tradicional desfile militar en el centro de Madrid
El tiempo acompañaba la nueva forma de celebrar el día de la fiesta nacional de España. Un sol persistente brilló ayer sobre las colas que se formaron a las entradas de los palacios y museos que participaron en el día de puertas abiertas para celebrar el 12 de octubre. La gente también podía disfrutar de conciertos, bailes y exhibiciones populares en diversos barrios de la capital en una iniciativa de seis ministerios, además del Ayuntamiento de Madrid y la Casa de América, para hacer de la fiesta nacional una "verdadera fiesta cívica".
Ozlem, una turca que lleva cuatro años en Madrid, considera "fantástica" la iniciativa, y cree que, con los altos niveles de paro causados por la crisis, "deberían hacerlo más". Habló a las puertas del Thyssen-Bornemisza, uno de los museos donde ayer no se pagaba para entrar.
Además de los principales centros de arte nacionales -el Museo del Prado, el Centro de Arte Reina Sofía y el Thyssen-Bornemisza- también abrieron el Museo Sorolla, el Cerralbo, el del Romanticismo y el de Antropología, entre otros.
"Había un boom de visitantes a la una de la tarde cuando abrimos", explicó Mati, que trabaja en el punto de información del Museo del Prado. A las dos y media de la tarde el cálculo era que casi 6.000 personas ya habían entrado. "Ahora está mucho más tranquilo. Las salas están con gente, pero sin agobios", confirmó la trabajadora. A esta hora ya no había cola para entrar en el edificio.
Arriba, en el salón donde está colocado Las meninas, de Velázquez, una turista de Chicago, Elizabeth Walker, confesó que había pensado en ir a Toledo hasta que se enteró de que la entrada al museo iba a ser gratis.
La cola más larga del día fue la que se formó para entrar gratis al Palacio Real y ahorrar la tarifa básica de 10 euros. Los pacientes visitantes quizá no sabían que la entrada al palacio es gratuita todos los miércoles. A las seis de la tarde había cerca de 300 metros de cola esperando. "A ver si entramos antes de las 10 [la hora de cierre]", dijo riendo el último en incorporarse a la cola.
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