Relaciones en la vejez
La actividad sexual es un comportamiento humano natural. El concepto de sexualidad no debe asimilarse de manera automática al mantenimiento de relaciones sexuales. Conlleva diferentes comportamientos y expresiones diversas, como abrazarse, tocarse, flirtear, trato sexual, masturbación, conversación. Todo ello son expresiones de sexualidad y afecto. Se considera que la sexualidad es importante en todas las edades, pero no siempre se ha visto así. Se entendía que en la vejez, como en la infancia, las personas eran asexuadas. Se ha producido una liberación sexual de las personas de más edad, pero eso no implica que se les deba forzar a pensar o actuar de maneras que ellas no estén de acuerdo o no les apetezca. Tampoco puede decirse que una vida sin sexo sea peor que una vida con sexo, ya que algunas personas están contentas con el cese de la actividad y otras no pueden practicar sexo por diversos motivos.
Los cambios fisiológicos, biológicos y psicosociales afectan a la expresión sexual de las personas de más edad. Sucede que el órgano sexual principal es el cerebro. Esto significa que en cualquier edad, pero sobre todo referido a las personas mayores, lo importante son las ideas, valores y normas que se sostengan acerca de la sexualidad y la actividad sexual. Que hayan cambiado muchas ideas acerca de la sexualidad en la vejez de modo que no se vean como deseos inconfesables o conductas pervertidas, tanto entre los hijos adultos como entre el personal sanitario y de servicios sociales, les ayuda a no sentir vergüenza. Por eso manifiestan con más libertad sus deseos.
Desde el punto de vista de la investigación actualmente apenas existen estudios que analicen las relaciones sexuales de los mayores. Puede incluirse alguna pregunta sobre su satisfacción sobre las mismas, o como en las encuestas del CIS, sobre las relaciones de pareja. En mi investigación sobre la situación de las personas de edad hace algo más de 20 años cuando no existía conocimiento al respecto en España, incluí esa cuestión y solo un 11% dejó de responder. La mayoría manifestó que no mantenía relaciones sexuales. Quedó por conocer algo importante, la calidad de las mismas. Puede que sea un tema que precise más atención.
María Teresa Bazo es catedrática de Sociología.
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