"Me acusan de exhibir pornografía infantil, pero confío en la justicia, soy abogado"

Ha sido un año dificil para Ángel Sala (Barcelona, 1964), director del Festival Internacional Fantástico de Cataluña de Sitges. Al finalizar la edición de 2010 el fiscal le acusó de exhibir pornografía infantil por la proyección de A serbian film. El caso permanece en el juzgado de instrucción, a la espera de que se convoque juicio o se archive la causa. Sala prefiere pasar página y concentrarse en el festival de Sitges, que hoy comienza y en el que se proyectarán 270 películas hasta el próximo día 16.

Pregunta. ¿Cómo ha vivido este año?

Respuesta. Con cierto malestar: no me ha gustado que se digan cosas descabelladas; pero, a la vez, con tranquilidad por la reacción de todos los estamentos y por saber que tenemos un buen abogado. Tampoco se hunde el mundo; en un país democrático, hemos de pensar que la justicia es justa. Me acusan de exhibir pornografía infantil, pero confío en la justicia, soy abogado".

'Eva' inaugura la 44ª edición del festival de Sitges, que se clausurará el día 16

P. ¿Cómo vivió que en otros festivales la película se premiara y no pasara nada?

R. Con bastante perplejidad. Creo que se podía haber debatido el tema, pero vivimos un momento de puritanismo en que no se habla y la vida se ha judicializado. Los tribunales están para cosas más graves.

P. ¿Ha afectado el caso a la programación de este año?

R. Hemos seguido trabajando igual. Nunca hemos querido provocar a nadie. Tenemos una trayectoria de 44 años y el festival no es famoso por su gore. Siempre se han programado películas legales, comerciales y aprobadas, que pasan por otros festivales. Y si Sitges tiene 100.000 espectadores, será por algo.

P. ¿Habrá este año películas tan polémicas?

R. Hay modas. Este año se lleva más el cine de terror sin sangre, como Insidius, de James Wan. Películas que pueden ver jóvenes, solos o con sus padres, y que están haciendo que se olvide lo que se llamo el torture porn que pusieron de moda la serie Saw y Hostel. Pero correrá sangre, desde luego, como en Inbreed, Sudor frío, Theatre of bizarre, The incident... La gente no se aburrirá.

P. ¿El cine fantástico puede con todo, incluso con la crisis?

R. Tiene una capacidad de regenerarse increíble. Siempre resurge y ha hecho mover el cine, como Metropolis, 2001 o Star Wars, y más en las épocas difíciles, como la que vivimos ahora. P. ¿Se ha recortado el número de filmes proyectados?

R. Sitges tiene exceso de programación porque nos gusta, pero podemos reducir más y no pasa nada. Es un festival que genera beneficios y eso nos ha permitido parar el envite. Nos tenemos que adecuar a los tiempos, pero teniendo en cuenta que hay un límite que no se puede traspasar.

P. ¿El festival de Sitges es como un bolet solitario en medio del bosque en Cataluña?

R. Cataluña tiene un festival muy poderoso porque es una potencia en cine fantástico. En los últimos años están saliendo muchos talentos y productoras, como Filmax y Rodar y Rodar, que hacen cine fantástico con éxito. Además, el festival no es un lugar al que vamos cuatro friquis a pasarlo bien. Es un sitio que genera negocio, industria e interés para los agentes de cine mundial.

P. ¿Se impone la película de la inauguración?

R. Es un objetivo estratégico decidido por el festival libremente, respaldado por todos los sectores que lo apoyan. La película es catalana porque tenemos la industria más potente de Europa. Eva, de Kike Maíllo, ha tardado en llegar a las pantallas por su proceso de posproducción, pero marcará un punto de inflexión. Es buenísima.

P.¿Se ha beneficiado el festival del reciente acuerdo entre la Generalitat y las majors?

R. Era una de las preocupaciones que teníamos. El año pasado vivimos una situación complicada. De todas formas, nuestra relación con ellos es muy buena. Nos dio pena que se rompiera. No vivimos de las multinacionales, pero esas guindas a todos los festivales les van bien. A nadie le amarga tener Contagio, de Steven Soderbergh, y poder clausurar con La cosa, de Carpenter, que ya ha agotado las entradas.

P. ¿Dígame tres apuestas?

R. El páramo, una película colombiana de terror elegante; Pollo con ciruelas, basada en un cómic de la autora de Persépolis ambientado en el Irán de los años veinte, y Twixt, de Coppola, que aún no tiene distribuidor.

P. ¿Su película preferida?

R. Tiburón. Me marcó para siempre. Me aterró y me fascinó. Un clásico.