Los senegaleses del Poblenou rechazan acogerse al plan de repatriación de Trias
Ni los afectados ni las entidades que les ayudan tienen información municipal
En medio de restos de hierros y electrodomésticos ya desguazados, en una destartalada nave del Poblenou, un grupo de senegaleses asegura que no saben nada del plan que quiere impulsar el Ayuntamiento de Barcelona de formación para su repatriación posterior. Ni lo saben ni parece inquietarles demasiado. "Yo salí de mi país hace años y he llegado a Barcelona, donde trabajo recogiendo chatarra y vendiéndola. No hago daño a nadie y no quiero volver a mi país", explica uno de ellos. Unos 60 viven en una nave que han ocupado con el acuerdo tácito de no causar problemas y mantener cierto orden. Tienen ayuda de otros compatriotas que ya están en mejor situación. Ayer, por ejemplo, una mujer les llevó un enorme puchero con comida.
El plan del gobierno municipal de darles formación para después repatriarlos y que trabajen en su país bajo el control de una ONG colaboradora no inspira confianza. "Lo de la formación sí lo vemos bien, pero no el retorno. ¿Quién nos puede garantizar que trabajemos allí?", se pregunta un senegalés que habla un perfecto catalán. Los que asisten a la conversación están de acuerdo en que no quieren volver, dicen que están bien como están. Reconocen que no tienen los papeles en regla, pero creen que no por ello se les debe tratar como a delincuentes. Muchos llevan meses en una suerte de trasiego nómada de una nave abandonada del Poblenou a otra. De todas formas, tampoco descartan que alguien se acoja al plan: "Dependerá de cada uno".
No tenían ni idea de que, en ese mismo momento, en una de las salas del Ayuntamiento de Barcelona se estaba hablando de su situación. Precisamente en la comisión de Calidad de Vida, la teniente de alcalde Maite Fandos defendía la prueba piloto con un grupo de 20 senegaleses. El presupuesto inicial para los cursos, de los que se encargará Barcelona Activa, es de 47.000 euros, y el coste de de los servicios sociales, de 23.000 euros. Los billetes los debería pagar el Gobierno, y la manutención, la Generalitat.
El plan fue acogido de forma muy escéptica por los partidos de la oposición y con críticas entre las entidades del Poblenou que apoyan y han ayudado al colectivo de senegaleses. "Pedimos hace tiempo al Ayuntamiento una reunión y todavía estamos esperando", sostiene Manel Andreu, presidente de la asociación del Poblenou.
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