El coche que flotaba
Raúl Peña (Madrid, 1979) es un cazaplayas: recorre países buscando orillas extraordinarias. El actor, que estrenará en breve la segunda temporada de 14 de abril. La República (TVE), se perdió en Costa Rica mientras buscaba la playa de Barrigona, frecuentada por celebrities como Britney Spears o Mel Gibson.
Raúl Peña (Madrid, 1979) es un cazaplayas: recorre países buscando orillas extraordinarias. El actor, que estrenará en breve la segunda temporada de 14 de abril. La República (TVE), se perdió en Costa Rica mientras buscaba la playa de Barrigona, frecuentada por celebrities como Britney Spears o Mel Gibson.
Usted no quiso ser menos...
Al final cambiamos los planes. Como era época de lluvias, un paisano nos recomendó ir a otro lugar más recóndito.
Muy de película...
Nos indicó la ruta en el mapa y cuando llevábamos 20 minutos en la carretera, el asfalto se transformó en tierra. Después comenzó a diluviar.
¿Dieron la vuelta?
No podíamos. Era una lluvia torrencial que hizo del camino un lodazal. Decidimos parar el coche hasta que escampara; era imposible conducir.
¿Duró mucho la tormenta?
No fue larga pero sí muy intensa: ¡el coche empezó a flotar!
Y remos no llevaban...
Intentamos empujar el vehículo para escorarlo en un lateral del camino pero no podíamos con él. Estábamos atrapados en medio de la selva buscando una playa paradisíaca.
¿Seguía empeñado en llegar?
En ese momento el sitio era lo de menos, ¡solo queríamos salir de allí! Empecé a gritar por si había alguien cerca. Por suerte, apareció un señor con un tractor. Por 20 dólares nos sacó el coche del fango.
De nuevo en la carretera...
Teníamos dos opciones: volver al pueblo o continuar. En ambos casos la ruta era un barrizal lleno de charcos. Así que seguimos hacia la costa.
¿Mereció la pena?
Es el rincón más maravilloso en el que he estado. Tras el horrible viaje, teníamos la sensación de llegar al paraíso.
¿Aún tenían ganas de baño?
Estábamos muertos de sed. Cogimos un par de cocos, los abrimos, golpeando durante un buen rato la cáscara contra unas piedras, y nos los bebimos. Luego nos desnudamos y nos dimos un baño para limpiar el fango. Fue un final perfecto a la aventurilla.
¿Ha vuelto?
Nunca me he atrevido y no sé si podría. Esa playa era como la isla de la serie Lost: aparece o desaparece del mapa según el momento.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
