'Mihiluze', por dentro

Desde el público llegan las carcajadas. Los presentadores Kike Amonarriz e Ilaski Serrano repiten los mismos chistes un programa tras otro para calentar el ambiente, aunque siempre suenan a frescos para unos asistentes que se van renovando. "Cuidado con la brageta, el dedo en la nariz fuera", avisan. Los concursantes se preparan para un ensayo antes de grabar y las cámaras ajustan la luz y los planos. Así arranca Mihiluze, el concurso diario de ETB-1, que ayer mostró sus tripas ante el inicio el próximo lunes de su séptima temporada.

Mihiluze es un ya un clásico en la televisión vasca. En diciembre cumplirá 900 emisiones por las que han pasado cerca de 2.000 participantes de todos los puntos del País Vasco. En total, se han repartido más de 800.000 euros en premios, la mayor suma de dinero que ha ofrecido un concurso de ETB-1.

Como cada miércoles, el equipo formado por 15 personas se dispone a una maratoniana jornada en la que se grabarán cinco programas y pasarán 18 concursantes. Antes han empezado la mañana con un buen desayuno. "Un momento distendido para romper el hielo y que los concursantes conozcan al equipo", explica Amonarriz, minutos antes de saltar al plató y "pasárselo bien, muy bien", recalca.

Aintzane y Maider repiten. Es la cuarta vez que participan en Mihiluze y se les ve tranquilas. Llevan ya acumulados 910 euros y van a por todas.

Esta temporada, el escpacio incorpora dos nuevas pruebas: Katea, con la que se iniciará el juego, consiste en acertar la respuesta correcta entre tres opciones, mientras que en Gurpila jugarán con seis letras mezcladas. El concurso es en sí un juego de palabras. "Nace con la idea de pasar un buen rato y formarse en el euskera", explican sus responsables.