'Ratón' en Tordesillas
Afligido, un toro de 608 kilos, fue ayer torturado hasta la muerte en la ciudad de Tordesillas. Esta villa aparecía antes en los libros de historia como el lugar donde mediante tratado españoles y portugueses se repartieron el Nuevo Mundo. Poco después, allí quedó confinada Juana I de Castilla (Juana la Loca), apartada del poder por su propio padre, y allí murió presa en 1555. Pero hoy en día el origen de la fama de Tordesillas está bien distante de aquellos acontecimientos históricos. Su bárbara costumbre de alancear a un toro cada septiembre en una orgía de sangre que, por lo visto, produce gran adrenalina a los mozos del lugar, es ahora lo más conocido, tristemente, de este pequeño pueblo vallisoletano.
Este año fue Afligido. En festejos anteriores fueron Moscatel, Valentón, Centella, Platanito... El pueblo, de poco más de 9.000 habitantes, triplica su población para disfrutar de las fiestas y seguir por un día el cruel espectáculo del Toro de la Vega, una salvaje costumbre que ningún movimiento de protección animal ha logrado parar todavía.
Ni siquiera el acceso a la alcaldía de un socialista en mayo ha puesto fin a una costumbre que año tras año escandaliza por su brutalidad gratuita y que la Junta de Castilla y León (en manos del PP) recuperó hace dos décadas por tratarse de un "espectáculo tradicional" que, eso sí, ha suavizado. Ahora, al toro se le corta el rabo. Hace unos años se le rebanaban los testículos estando aún moribundo. Una mujer protestó ayer contra la barbarie atacando a los mozos con un espray de pimienta y a punto estuvo de ser linchada por la multitud.
La crueldad que tradicionalmente los españoles han ejercido contra los animales (y sobre todo contra los toros) está desapareciendo del mapa. Así que es de esperar que el Toro de la Vega tenga sus días contados, si bien la fama de este verano de Ratón produce un gran desconcierto. Después de matar a dos personas, el caché del toro Ratón se elevó a los 10.000 euros. Afligido estaba destinado al martirio. Ratón está condenado a matar y correr tras mozos enardecidos por la tradición y el alcohol. A todo esto le llaman fiesta y se paga con dinero público.
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