Viajes de lujo para el 'señor de los Hilillos' de Estepona
Los investigadores del 'caso Astapa' destacan el caro tren de vida de José Flores, uno de los cerebros de la trama
El sumario del caso Astapa sobre corrupción en el Ayuntamiento de Estepona (Málaga) se abrió en el noviembre de 2006. Casi cinco años después, cuando la acción judicial y la dinámica política han barrido del salón de plenos todo rastro de imputados -no así en los cuadros técnicos municipales, donde permanecen varios de los encausados-, se siguen conociendo detalles de los protagonistas de la trama.
El último y definitivo levantamiento del secreto sumarial ha desvelado un nuevo informe de la policía sobre José Flores, ex jefe de gabinete de Alcaldía con Antonio Barrientos (PSOE), y considerado como uno de los principales cerebros de la corrupción esteponera. Los agentes antiblanqueo interrogaron en septiembre de 2009 a diversos imputados y testigos que habían tenido relación con quien se autodenominaba "El Señor de los Hilillos".
En 2007, el asesor realizó tres escapadas por valor de 35.700 euros
La policía halló en su casa un reloj Cartier, regalo de un promotor
En el informe que remitieron al juez instructor con las conclusiones de los interrogatorios, los policías ponían de manifiesto un tren de vida que casaba mal con sus ingresos.
Entre los documentos hallados en el domicilio de Flores cuando este fue detenido en junio de 2008, los investigadores hallaron facturas de varios viajes de lujo realizados con su familia el año anterior. En febrero de 2007, los Flores pasaron cuatro días en Milán y Venecia. En la capital piamontesa se alojaron en el hotel Príncipe de Saboya, de cinco estrellas gran lujo y en la ciudad de los canales optaron por el Danieli, uno de los más exclusivos, junto a la Plaza de San Marcos. Este viaje, de siete personas, costó 23.177 euros, que fueron abonados en efectivo, subrayan los investigadores.
En el verano de ese mismo año, la mano derecha de Barrientos y según la policía "alcalde en la sombra" de Estepona, realizó dos escapadas breves. La primera, entre el 4 y el 8 de julio, les llevó a hotel Meliá Sancti Petri, de Chiclana (Cádiz), también de gran lujo. El alojamiento y la comida de las cinco personas que formaban la comitiva costaron 5.039 euros. De ellos 4.539 se pagaron en billetes y el resto con cargo a una tarjeta de crédito, según las facturas que recoge el sumario.
El tercer viaje, entre el 21 y el 25 de agosto de 2007, tuvo como destino el hotel Fenicia Prestige, de Ibiza, y costó 7.544 euros. En total, durante 2007, José Flores realizó viajes por valor de 35.761 euros, de los que 27.716 se pagaron en efectivo. La policía pidió al juez instructor que solicitara a la esposa de Flores, Rosa María Guardabrazo, que presentara facturas de los viajes y documentos que justifiquen la procedencia del dinero pagado por ellos.
En el registro domiciliario los agentes hallaron un reloj de la marca Cartier. En su declaración, Flores admitió que se trataba de un regalo de Jamal Satli Iglesias, un promotor con intereses en Estepona y que se refería al asesor como "ángel de la guarda" de su familia. Sin embargo, la esposa del ex alto cargo municipal, al ser preguntada por este objeto suntuario, afirmó que su marido lo tenía desde hacía años, cuando hicieron un viaje a Canarias.
También llamó la atención de los agentes una conversación telefónica de Flores en la que este señalaba a su interlocutor que quería comprarse un coche Mercedes de 35.000 euros y que quería pagarlo en metálico. Esta compra finalmente no se llevó a cabo. Según María Rosario Guardabrazo, su esposo desistió de ella porque "no tenía dinero suficiente en la cuenta y no quería liberar el dinero que tenía invertido".
El caso Astapa, que lleva casi cinco años en investigación desde que el ex alcalde David Valadez (PSOE) denunciara ante la policía una larga lista de prácticas corruptas. Las pesquisas, que acumulan 99 imputados, han desvelado multitud de irregularidades. Entre ellas destacan pagos de empresarios a funcionarios y políticos a cambio de resoluciones favorables; adjudicaciones a dedo de obras y servicios; cobro de comisiones a cambio de que avanzaran los expedientes. También se han detectado tasaciones de terrenos a precios inferiores a los de mercado en convenios urbanísticos, con el consiguiente perjuicio para la arcas públicas.
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