El fiscal de Hama dimite por la represión del régimen sirio
Denuncia que la policía mató a 72 manifestantes presos
Adnan Bakkur, fiscal jefe de la ciudad de Hama, anunció el miércoles su dimisión como "protesta" por los "crímenes contra la humanidad" cometidos por el régimen sirio. Una filmación en la que Bakkur especifica las atrocidades que había visto en Hama obtuvo ayer una enorme difusión y fue esgrimida por la oposición como prueba de que incluso entre los altos funcionarios aumenta el rechazo al presidente Bachar el Asad. El Gobierno denunció ya desde el lunes que Bakkur había sido secuestrado por siete hombres armados e insistió de forma vehemente en que la denuncia había sido extraída por la fuerza.
Como con casi todas las noticias procedentes de Siria, resultaba imposible verificar una u otra versión. El propio Bakkur afirmaba en el vídeo que el Gobierno mentía y que la oposición no le mantenía secuestrado, sino que le protegía hasta que pudiera abandonar el país y escapar de las represalias del régimen. Su rostro no mostraba en el vídeo signos de violencia y su actitud no parecía la de un hombre amenazado a punta de pistola.
La agencia oficial siria Sana aseguró, por su parte, que la filmación era "otra muestra del juego sucio" de la televisión Al Yazira y acusó a las televisiones de todo el mundo y a YouTube de "bancarrota moral y cooperación con el terrorismo" por emitir "una denuncia tan inverosímil como falsa, incluso después de que se conociera la noticia del secuestro del juez Adnan Bakkur".
El dimisionario fiscal de Hama, una ciudad que ya fue devastada por el régimen en 1982 en un asalto que causó entre 10.000 y 20.000 muertes, y que desde el inicio de la actual revuelta contra Bachar el Asad ha sido de las más castigadas por la represión, calificó de "criminales" a diversos cargos públicos, a los que citó con nombre y cargo, empezando por los jefes locales de la policía.
Según la denuncia filmada de Bakkur, el 31 de julio fueron masacrados 72 presos de la cárcel de Hama, entre ellos manifestantes pacíficos y activistas políticos. En total, según su estimación, unos 10.000 ciudadanos de Hama permanecían detenidos por su participación en las manifestaciones y protestas.
Bakkur declaró también que al menos 420 víctimas mortales de la represión habían sido enterradas en parques públicos por agentes de la policía y por miembros de la shabiha (bandas de civiles armados por el régimen), y que el Ministerio del Interior le había ordenado que acusara de esas muertes a bandas armadas de la oposición.
Añadió que más de 300 personas habían muerto bajo tortura y que el Ejército demolía edificios con sus habitantes dentro. Aseguró que disponía de pruebas de todo ello y que las haría públicas en cuanto lograra abandonar Siria.
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