De 'after' en el Caribe
Una miniserie de época hizo que el actor Hugo Silva, que ayer estrenó Lo contrario al amor, pasara tres semanas en Colombia, al borde del mar del Caribe
Una miniserie de época hizo que el actor Hugo Silva, que ayer estrenó Lo contrario al amor, pasara tres semanas en Colombia, al borde del mar del Caribe.
Trajes del XVI en el trópico...
El rodaje fue terrible por el calor. Llevaba camisola, camisa larga y ropa de cuero.
¿Dónde grababan?
En el parque de Tayrona, cerca de Santa Marta. Una zona de una belleza natural impresionante. Dormíamos en unas cabañas, en una playa, con cocina de carbón.
¿Cocinaba a la brasa?
Teníamos a una señora que nos hacía una lasaña a la piedra que sabía a leña y con la que se nos saltaban las lágrimas. En los alrededores no había nada, es una zona bastante salvaje.
¿Sintió el peligro?
En general no, pero teníamos prohibido meternos en el río por los cocodrilos. Al penetrar en la selva te rodeaban hojas gigantes, guacamayos... era como meterse en Avatar.
¿Tribu ecologista incluida?
Sí, los indios kogui, descendientes de los taironas. Un grupo de unas 9.000 personas que viven aislados. Por las noches hacen ritos espirituales.
¿Participó en alguno?
No interactuamos tanto. Lo más cercano fue una juerga que nos corrimos en Tagangan. Empezamos en un bar...
¿Y dónde acabaron?
En un after improvisado en la casa de un tipo donde bailábamos cumbia mezclada con electrónica y no faltaba cerveza Club Colombia.
¿Es la más famosa del lugar?
Es espectacular, su sabor está bien pero lo mejor es su precio: cuesta unos 15 céntimos de euro.
¿Bebió lo suficiente como para lanzarse a bailar?
No soy muy bueno con la salsa, pero después de haber estado allí no puedo evitar bailarla. Además, es una manera de comunicarse.
¿Qué se interpreta de los movimientos de cadera?
Sirven para seducir, que es algo que les encanta hacer y que va más allá del hecho de ligar.
Hablando de conquistas... ¿tuvo éxito?
Allí no ligas; te ligan. La gente es pura seducción, y la salsa, un lenguaje que conecta con una forma más lúdica de ver la vida.
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