México declara tres días de luto por el asesinato de 52 civiles en Monterrey
Las víctimas eran clientes de un casino al que 10 criminales prendieron fuego
A plena luz del día, sin ocultar sus rostros y con una metódica frialdad, una decena de criminales prendieron fuego el jueves a un local de apuestas de la industriosa ciudad de Monterrey (noreste del país), provocaron la muerte de 52 personas y dejaron una docena de heridos. El presidente mexicano, Felipe Calderón, decretó tres días de luto nacional ante lo que calificó como "el más grave atentado contra la población civil e inocente que haya visto el país en mucho tiempo" y ofreció el equivalente a 1,8 millones de euros por la captura de los asesinos.
Eran las 15.48 horas (22.48 en la Península) cuando los criminales comenzaron a llegar en cuatro automóviles -dos camionetas y dos modelos compactos- hasta la puerta del casino Royale de la avenida San Jerónimo. Tras aparcar en la entrada del local, los autores bajaron de los vehículos. Portaban armas y bidones en los que llevaban la gasolina que usaron para provocar el incendio. La cámara de vídeo que registró la irrupción de los criminales estaba en el exterior del local, por lo que no se pudo ver lo que pasaba en el interior del mismo. Lo que en cambio sí se aprecia es a decenas de personas salir del establecimiento y, finalmente, la huida de los criminales, que se produjo cuando el humo ya impidía la visibilidad. Todo eso duró menos de dos minutos y medio.
Calderón advierte a EE UU de que ya no puede prolongarse la situación actual
Siete de los fallecidos murieron quemados y el resto por asfixia
Según múltiples testimonios, los criminales rociaron con gasolina el interior del local, al tiempo que advertían con insultos a quienes se encontraban en el casino Royale: "Corran o se los va a cargar la chingada", los amenazaban. Se calcula que hasta unas 300 personas se encontraban en ese momento en el local de apuestas, de cuatro plantas. Los testigos hablan de una estampida humana hacia la puerta principal, que en pocos minutos quedó bloqueada por las llamas, pero también de la ilegal carencia de puertas de salida de emergencia: grupos de cadáveres fueron encontrados en los baños.
"Es evidente que no estamos enfrentando a delincuentes comunes. Estamos enfrentando a verdaderos terroristas que han rebasado todos los límites, no solo de la ley, sino del elemental sentido común y del respeto a la vida", declaró el presidente Calderón en un mensaje minutos antes de viajar a Monterrey para informarse en persona sobre la situación.
Por su parte, Rodrigo Medina, gobernador de Nuevo León, declaró: "No se puede descartar ninguna línea de investigación, este no es un hecho aislado". El mandatario estatal informó de que ya ha ordenado la búsqueda de los dueños y administradores del casino Royale para que aporten su versión, ya que una de las hipótesis iniciales es que el ataque podría ser parte de un acto de extorsión.
El incendio del Royale duró tres horas. Cuando las autoridades y equipos de socorro lograron derribar muros para intentar el rescate de las personas que estaban atrapadas en el local, se encontraron con grupos de cadáveres, personas que habían fallecido intoxicadas por el humo, con el teléfono móvil en la mano. "Cuando llegamos todavía sonaba el móvil en la mano de una de esas personas", contó Reynaldo Ramos, jefe de protección civil de Monterrey. "Solo había una salida de emergencia. Eso es insuficiente", añadió.
De las 52 personas fallecidas, al menos 42 son mujeres, una de ellas embarazada. La mayoría son mujeres mayores. Siete de las víctimas fallecieron por quemaduras y el resto por asfixia. Ninguno de los cuerpos presentaba heridas por arma de fuego.
El presidente Calderón, en un tono inusual, reprochó a Estados Unidos el consumo de drogas y la venta de armas de alto poder a delincuentes. "También ustedes son responsables", declaró dirigiéndose al Gobierno, el Congreso y el pueblo estadounidense. "Si están decididos y resignados a consumir drogas, busquen entonces alternativas de mercado que cancelen las estratosféricas ganancias de los criminales, o establezcan puntos de acceso claros distintos a la frontera con México, pero esta situación ya no puede seguir igual". Vestido de negro en señal de luto, Calderón añadió: "México ya no puede ser la puerta de acceso ni tampoco pagar las consecuencias que ese mercado genera y que se traduce no solo en cientos de millones de dólares ilícitos, provenientes del mercado negro, sino también en miles de muertos".
Las duras palabras de Calderón contrastaban con la noticia publicada ayer por el diario The New York Times en la que se afirmaba que durante los últimos meses la Administración de Barack Obama había estrechado la colaboración con México en la lucha contra la droga, al permitir la actuación de comandos mexicanos en terreno estadounidense.
Este es el más grave atentado a un local en la historia del México moderno, pero no el primero contra una casa de apuestas. Tan solo en Monterrey el 4 de abril y el 25 de mayo se registraron incidentes en contra de Casino Revolución, Miravalle y Hollywood, pero la dimensión de esos hechos fue menor, pues no hubo víctimas mortales.
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