Memorias de un heterodoxo oficial
El autor de estas memorias, Christopher Hitchens, es un periodista y ensayista, además de conferenciante, polemista y tertuliano televisivo, muy conocido en el mundo anglosajón. Nacido en Inglaterra en 1949, pero residente en Estados Unidos desde hace 30 años, empezó escribiendo para cabeceras históricas de la izquierda como la británica New Statesman o la norteamericana The Nation. Aunque su labor profesional la desarrolló con posterioridad en otros medios aparentemente blancos como The New York Times o The Times, esa inicial andadura en la prensa izquierdista no fue casual. Hitchens ha sido durante la mayor parte de su vida uno de los heterodoxos oficiales a los que había que llamar en Washington o Londres para cualquier debate político: azote de Henry Kissinger, el exsecretario de Estado norteamericano que fomentó las dictaduras fieles a Washington en Latinoamérica; denunciante de la política de Reagan y de George Bush padre en Centroamérica; defensor de la solución de los dos Estados en Palestina..., las causas que apoyó fueron las que ocuparon a la izquierda democrática en la segunda parte del siglo XX, afán que le hizo coincidir y trabar amistad con otros intelectuales comprometidos como Susan Sontag, Edward Said o Noam Chomsky. Esta trayectoria dio un giro inesperado en 2003 a raíz de su agitada defensa de la intervención norteamericana en Irak. A explicar dicho regate dedica buena parte de estas memorias que empiezan como es canónico en un inglés: con una exacta explicación de su posición familiar en el sistema de clases británico y un recuento de su peregrinaje por los consabidos internados británicos que hasta hace no mucho garantizaban el ingreso en una universidad de primera, así como una temprana iniciación al sexo homosexual y la violencia. Tras ello, que solventa sin caer en clichés y con especial emoción en el retrato de su madre, queda claro que nos hallamos ante un escritor capaz de identificar un conflicto y su propia posición en él con escasos y ágiles brochazos sin renunciar a la exigible profundidad. Son asimismo vibrantes las páginas que dedica a la cuestión judía y a algunos amigos como Martin Amis. Es en el asunto central, su conversión al ideario norteamericano, que le hace afirmar que la única revolución en la que ya cree es la revolución americana, donde se echa de menos algún contraste. Y aun así vence la grata sensación de estar ante alguien inquieto que ni engaña ni se engaña. Algo no tan frecuente.
Hitch-22
Christopher Hitchens
Traducción de Daniel Rodríguez
Debate. Madrid, 2011
511 páginas. 29,90 euros
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