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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Acoso a Rousseff

A los ocho meses de haber sucedido a Lula da Silva en la presidencia de Brasil, Dilma Rousseff tiene que encauzar un profundo reajuste de Gabinete, y sofocar un conato de sublevación en algunos de los 11 partidos que forman la coalición de Gobierno, dirigida por el Partido de los Trabajadores de la propia presidenta. En unas semanas han dimitido cuatro ministros -Antonio Palocci, Presidencia; Alfredo Nascimento, Transportes; Nelson Jobim, Defensa, y Wagner Rossi, Agricultura-, hay detenidos por corrupción en Turismo, y numerosos cesantes en Agricultura y en Transportes, ministerio clave en la construcción de infraestructuras para el Mundial de fútbol en 2014 y los Juegos en 2016.

Los exministros de Presidencia, Transportes y Agricultura son sospechosos de irregularidades económicas como enriquecimiento ilícito y tráfico de influencias; y en Defensa, Jobim tuvo que renunciar tras unas vejatorias opiniones públicas sobre algunas colegas. Pero lo peor es que los partidos de los ministros afectados -el Republicano tiene Transportes- se toman muy a mal la criba entre sus funcionarios; y, especialmente, voces del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, sin el que ni Lula, ni ahora Rousseff, podrían gobernar, se preguntan si les conviene seguir en la coalición. A todo ello se suma la protesta de altos mandos militares por lo que califican de presupuestos exiguos, en un contexto económico mucho menos alentador.

Dilma Rousseff necesita gobernar con un equipo auténticamente suyo, lo que no es fácil porque debe repartir carteras a los representantes de tantos partidos. Ha demostrado que no valora tanto la política exterior cuasi neutralista de Lula y que tampoco le urge coronar a su país como potencia mundial. Todo ello debe encauzarlo con una política positiva, con gran acento en lo social como es su intención. Acosada por los vicios, sobre todo del pasado, Rousseff tiene que demostrar que es toda una presidenta.

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