El secreto de Júpiter
Juntemos Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Saturno, Urano y Neptuno en un solo megacuerpo celeste y todavía no alcanzaremos el tamaño de Júpiter. El gigante del sistema solar tiene el nombre bien puesto -la versión romana de Zeus, el gobernador de todos los dioses del monte Olimpo-, pese a que los astrónomos antiguos que lo bautizaron no conocían aún sus verdaderas dimensiones ni su singular naturaleza. Júpiter no era más que un punto de luz en el ocaso hasta que Galileo decidió enfocar hacia él su recién fabricado telescopio y se quedó extasiado al descubrir que tenía sus propias lunas en órbita, y que, por tanto, era un mundo de pleno derecho. La imagen perfecta para la revolución copernicana apenas en ciernes, y la gran metáfora de nuestra pequeñez en el cosmos.
Hacia allí acaba de partir Juno, una nave interplanetaria de la NASA diseñada específicamente para investigar las entrañas del enigmático gigante gaseoso del sistema solar. Tardará cinco años en alcanzar su destino, tras recorrer 2.800 millones de kilómetros. La nave Juno, nombrada apropiadamente como la mujer que desveló los secretos de Zeus, lleva ocho instrumentos científicos que estudiarán la estructura interna del planeta y la química de sus nubes, sus poderosos campos gravitatorios y magnéticos, sus auroras y sus orígenes. Solo la nave Galileo había funcionado antes en
la órbita de Júpiter, hasta que dejó de operar en 2003.
Tras llegar a su destino, Juno tendrá una vida corta. En un año más o menos, cuando haya completado 33 órbitas en torno a Júpiter, su trabajo se podrá considerar terminado. Una señal electrónica enviada desde Houston le dará entonces la orden más extraña que quepa imaginar: desviarse de su órbita, adoptar una trayectoria de impacto, estrellarse contra las venenosas nubes de su anfitrión y desaparecer para siempre.
Para generaciones de astrónomos y de colegiales, Júpiter fue el objeto más extravagante del sistema solar. Hoy sabemos que no es sino un miembro de una de las familias más numerosas de nuestra galaxia. Los astrónomos han descubierto ya más de 400 planetas extrasolares, y casi todos ellos son júpiteres. Si Zeus tiene una receta secreta para crear un sistema planetario, solo Juno podrá descifrarlo.
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