El 60% del público del Circuit son turistas

Los grupos de gais que estos días recorren Barcelona tienen una razón, más allá de las playas, Gaudí o la seguridad de poder besarse en la calle sin que los vecinos los vayan a zaherir. La capital catalana alberga hasta el 15 de este mes el Circuit Festival, uno de los eventos de entretenimiento gay más grandes de Europa: una veintena de megafiestas que atraen a 60.000 personas, el 70% extranjeros, y que dejan en las arcas de hosteleros y restauradores más de 50 millones de euros, según cálculos de la organización.

"Vengo desde el primer año, me parece una fiesta espectacular, es el place to be

[el sitio donde estar] en agosto. Chicos guapos, amigos y buena fiesta", asegura Jim Ransom, de 37 años, llegado desde Nueva York para el evento. Precisamente Estados Unidos lidera el ranking de nacionalidades de los asistentes. El cuadro lo completan el Reino Unido, Francia, Italia y Brasil.

La historia del Circuit comenzó en 2008, cuando el grupo Matinée organizó un circuito de fiestas veraniegas. Una de ellas, en Isla Fantasía, caló profundamente en el público y en los medios de comunicación. La imagen de miles de hombres en bañador pasando el día en un parque acuático es lo que vienen a buscar los asistentes al evento, y el éxito no solo se refleja en que se ha duplicado el número de asistentes en cuatro años: en 2008 la pulsera para asistir a todas las fiestas costaba 100 euros; este año, 300.

Aunque la estética predominante sea el musculado de grandes gafas de espejo, el Circuit está abierto a todos. Este año se espera que participen unas 10.000 lesbianas, que tienen actividades excluisivas para ellas, pero que comparten con los chicos las grandes fiestas.