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Largas colas y viajes 45 minutos más largos por el corte en Sants

Los usuarios protestan por la falta de máquinas de billetes en Bellvitge

Camilo S. Baquero

Sombrilla, nevera y esteras. Ese era el equipaje con el que Lorena Giraldo, una colombiana de 24 años, y su compañero se disponían ayer a pasar un día de playa en Castelldefels. En su vida habían puesto un pie en la estación de Bellvitge de Rodalies, pero todo tiene una primera vez. Mientras duran los trabajos de cobertura de las líneas de tren en Sants, que se prolongarán hasta el 27 de agosto, Bellvitge es la estación terminal de los trenes de la línea R2 sur, que conecta con Sant Vicenç de Calders. Un corte que también afecta a los pasajeros de la R4 y de varias líneas de Media Distancia a lugares como Tortosa y Martorell, que terminan su recorrido en la estación de L'Hospitalet. Las obras hacen el viaje de los usuarios entre 20 y 45 minutos más largo.

"Entendemos lo de las obras, pero lo que nos molesta son las colas para comprar los billetes", aseguró Giraldo. Ella, como la mayoría de los viajeros, se encontraron con varios informadores con petos naranja que indicaban qué hacer para llegar al destino deseado. Tanto ella como otros viajeros agradecieron el dispositivo preparado por Renfe, Adif y el Ayuntamiento de Barcelona, pero se quejaron de la falta de las máquinas expendedoras. Ayer, en Bellvitge, solo dispensaban billetes dos vendedores en la ventanilla. "Ya perdemos bastante tiempo llegando hasta aquí, para encontrarnos con esta cola", se quejó Albert Clarà, otro de los pasajeros. Las playas de Castelldelfes y Sitges son algunos de los destinos más concurridos por estos días.

La situación en L'Hospitalet, la otra estación terminal, era diferente. Aunque tiene máquinas expendedoras, además de taquillas, el vestíbulo del apeadero es muy pequeño y los viajeros tienen que esperar fuera, algunos bajo el sol y el calor. Sentada sobre su gran maleta, Dior, una dominicana de 25 años, esperaba a que saliera su tren de Media Distancia con destino a Lleida. "Para los que no estamos de vacaciones es un gran problema, pero es lo que hay", aseguró.

Los que más sufrieron el corte fueron los turistas. Muchos llegaron a Sants o al paseo de Gràcia para tomar los trenes al Garraf y se encontraron con que no circulaban, por lo que seguían a los informadores, como si fueran la corte de un emperador, que los conducían al metro.

El director de Rodalies Catalunya, Miguel Ángel Remacha, destacó la "normalidad" con que se desarrollo el primer día del desvío por las obras. La idea es que los pasajeros conecten con las líneas 1 y 5 del metro si su tren llega a L'Hospitalet o con los Ferrocarriles de la Generalitat.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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