De la dispersión a la 'doctrina Parot'
Las propuestas en favor de los presos etarras lanzadas por Martin Garitano son un compendio de las reivindicaciones históricas del colectivo de familiares, con algún añadido, postuladas a través de la campaña Etxerat (a casa, en euskera). Las reclamaciones, algunas de las cuales están en proceso de revisión, inciden directamente en la política antiterrorista.
- Derogación de la 'doctrina Parot'. El Tribunal Constitucional tiene previsto debatir en septiembre la revisión de esta doctrina, que permite que etarras con múltiples asesinatos no cumplan por ellos menos de 30 años aprovechándose de las redenciones de penas. El alto tribunal ha admitido a trámite 24 recursos de etarras contra esta doctrina, vigente desde que la promulgó el Tribunal Supremo en 2006.
- Legalización de Sortu. El Tribunal Supremo impidió en marzo la inscricpión de Sortu como partido político y, por tanto, que concurriese a las pasadas elecciones municipales. La sentencia, con siete votos discrepantes y nueve favorables, está recurrida ante el Tribunal Constitucional, que podría decidir antes de las elecciones generales del próximo 20 de noviembre. Los abogados de la formación ilegalizada alegan que Sortu es un partido nuevo, diferente de Batasuna en términos políticos y organizativos y desvinculado de ETA.
- Liberación de reclusos enfermos. Con cuentagotas, pero sí se liberan presos con enfermedades incurables. Los últimos casos han sido los de José Manuel Azkarate o Bautista Barandalla. Hoy día, ocho presos con enfermedades graves están en sus casas en situación de prisión atenuada, incluido Juan José Rego Vidal, condenado por intentar matar al Rey.
- Libertad condicional. Los presos etarras sometidos a la disciplina de la banda se han negado históricamente a aceptar beneficios penitenciarios, como el tercer grado, algo que ha cambiado en los últimos años. Ese es el primer paso a la libertad condicional. Muy raramente se les concede.
- Fin de la dispersión. Es una de las claves de la política antiterrorista. Etxerat cifra en 529 los presos dispersados por toda España y en 12 los recluidos en Euskadi. Aquellos presos que han roto con ETA han sido trasladados a cárceles del País Vasco o cercanas, como los 26 que están en Nanclares (Álava) o Martutene (Guipúzcoa) -que Etxerat no suma- y otros disidentes concentrados en Zuera (Zaragoza) o Villabona. Entre ellos están el sanguinario José Luis Urrusolo Sistiaga o el exjefe etarra José Luis Álvarez Santacristina, Txelis.
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