El prudente Humala

Parece ya obligado que cuando en América Latina se elige presidente, lo primero es preguntarse si el nuevo mandatario se orienta al lulismo o al chavismo, la socialdemocracia moderadísima del expresidente de Brasil, o la izquierda estentórea del líder venezolano. Ollanta Humala, que ayer tomó posesión en Perú, encarna un tránsito de libro entre ambas alternativas. Hace cinco años, el excomandante era chavista convencido, y ello contribuyó a la victoria al presidente saliente, Alan García. Humala ha aprendido la lección y proclama ahora su conversión a la prudencia y metodología de Lula que, aun fuera del poder, marca la agenda latinoamericana.

El flamante presidente peruano, por el que ha votado la mitad más desfavorecida del país, ha recibido un mandato para mantener el fuerte crecimiento de estos años, pero con una redistribución mucho más equitativa; para contener la inflación y para dotar, sobre todo al medio rural, de infraestructuras modernas. Crecimiento económico e inclusión social irán de la mano, prometió ayer. Y su Ejecutivo es la plasmación de ese nuevo Humala. El Gabinete dirigido por Salomón Lerner está poblado de profesionales y empresarios e incluye, en Trabajo, a un hombre de Alejandro Toledo, sin cuyo apoyo difícilmente Humala habría ganado la elección y sin cuyos escaños de Perú Posible tampoco podría manejar la Cámara. Una cantante afroperuana, en Cultura, es la primera persona de raza negra que desempeña un ministerio en Perú.

Los primeros pasos del presidente se examinarán con lupa. Se da por descontado que estrechará lazos con Brasil; pero es una incógnita su actitud hacia la Alianza del Pacífico que Alan García suscribió este año con México, Colombia y Chile y que además de promover la inversión china despide un aroma antichavista. La síntesis que seguramente pretende dibujar Humala encontrará ahí una piedra de toque.