Noruega afronta unida la tragedia
La gestión de la crisis dispara la popularidad del primer ministro - Oslo crea una comisión de investigación independiente - El asesino se rindió a la policía
La gestión de la crisis tras los atentados del pasado viernes en Noruega ha disparado la popularidad del primer ministro, Jens Stoltenberg. La inmensa mayoría de los noruegos, un 80%, considera que el líder del Partido Laborista ha manejado la situación "extremadamente bien", según una encuesta publicada ayer por el periódico Verdens Gang.
A Stoltenberg se le ha visto estos días consolando en todo momento a los familiares de las víctimas, a muchas de las cuales conocía personalmente. Sus discursos, pronunciados con gravedad y emoción que siempre han sonado sinceras, han calado en la sociedad noruega. En ellos ha defendido a capa y espada la tolerancia y los valores democráticos. "No nos dejaremos intimidar por los ataques", volvió a repetir ayer en una conferencia de prensa ante medios extranjeros. "Estos actos querían causar el pánico entre la población noruega, pero no dejaremos que eso ocurra. Noruega es una sociedad abierta", afirmó.
Recordando el 11-M, Stoltenberg evitó precipitarse sobre la autoría del crimen
"Lo primero fue la confusión", dijo el primer ministro recordando el momento en que le informaron de que había habido una explosión muy cerca de las oficinas del Gobierno. "Teníamos el precedente de otros ataques terroristas, como el de España, y sabíamos que teníamos que tener mucho cuidado y no especular con el móvil de los atentados. Preferimos no decir nada sobre eso hasta que supiéramos qué había pasado".
El viernes, a las 15.26, hora de la explosión del coche bomba, Stoltenberg preparaba en algún lugar del complejo en el que se encuentra su residencia oficial el discurso que iba a pronunciar al día siguiente en la isla de Utoya, donde los jóvenes del Partido Laborista estaban reunidos. Un asesor que estaba con el primer ministro hablaba en ese momento con alguien en la sede del partido, muy cerca del lugar de la explosión. La comunicación se corta entonces.
Minutos después, un funcionario de la oficina del primer ministro les habla por teléfono desde la zona afectada. Les cuenta que está herido y que todo el edificio se encuentra destruido.
Lo primero que hacen entonces en el complejo residencial es redactar un comunicado que se envía a la agencia nacional de noticias y a la televisión pública. Una errata lo complica todo. Donde debe decirse que el primer ministro estaba "uskaadd" (no herido) se escribe "skaadd" (herido). La noticia ya está en los medios extranjeros antes de que se subsane el error. Stoltenberg tiene que contactar con su mujer y su padre para comunicarles que se encuentra bien, señala el Dagbladet.
Los guardaespaldas permanentes en la residencia oficial llevan a Stoltenberg y a su asesor a un búnker en los sótanos del edificio. Desde allí se dirige el país: llamadas a la policía, a los ministros y a los medios de comunicación. El primer ministro da varias entrevistas a la televisión pública NRK y a la privada TV2. Detrás de él colocan un fondo blanco con árboles para que nadie sepa dónde se encuentra. En esas horas, los asesores de Stoltenberg reciben la noticia de que un hombre ha matado a varios jóvenes laboristas en la isla de Utoya.
Poco después, el primer ministro prepara su primera comparecencia. No quiere aparecer con los ministros de Exteriores y de Defensa para no dar la sensación de que se trataba de un ataque exterior. La prioridad son los heridos. Dagbladet explica que Stoltenberg tenía en mente los atentados del 11-M en Madrid. José Luis Rodríguez Zapatero le había contado en varias ocasiones cómo se había gestionado la crisis. La primera declaración de Stoltenberg no concluye nada sobre la autoría de los atentados.
Pese a los errores, la sociedad noruega ha aprobado con nota la gestión del primer ministro. Por si acaso, el Gobierno creará una comisión para revisar todo lo ocurrido, incluida la reacción de la policía ante los atentados. "Es importante que aclaremos todos los aspectos de estos ataques para aprender de lo que ha pasado", dijo ayer Stoltenberg en los jardines de su residencia, acompañado de los líderes de todos los partidos.
La policía ha recibido muchas críticas esta semana por haber llegado más de una hora después de recibir los primeros mensajes de socorro que llegaban desde la isla de Utoya. Uno de los agentes que participó en la detención del terrorista explicó ayer que este tiró el arma y alzó las manos para rendirse en cuanto la policía estuvo cerca de él. El ministro de Justicia e Interior, Knut Storberget, defendió ayer a los policías que participaron en el tiroteo y les llamó "héroes".
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