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Reportaje:

Ayuntamientos a flote

A pesar de la crisis, hay municipios sin deuda o que la han reducido - Los 40 Consistorios que rozan la quiebra se reúnen el jueves con la Generalitat

La crisis no ha afectado por igual a los 947 municipios catalanes. Unos 200 están con el agua al cuello. El Departamento de Gobernación ha convocado a los 40 en situación más crítica a una reunión el jueves para buscar un plan de viabilidad que sanee sus castigadas cuentas. Pero también hay Ayuntamientos que fueron previsores y aplicaron medidas de austeridad justo cuando la crisis estalló. De igual manera los hay que han decidido mancomunar servicios o incluso que se han fusionado. Estos son algunos ejemplos.

- Roda de Barà. Este municipio del Tarragonès de 6.200 habitantes ha logrado reducir a la mitad su deuda en dos años. Si en 2008 Roda de Barà debía a los bancos más de 14 millones de euros, en 2009 la deuda se redujo a 9,4 millones y el año pasado disminuyó hasta 7,6 millones, según datos del Ministerio de Economía.

Las medidas aplicadas por el Consistorio se centran básicamente en la reducción del gasto. En 2009 se decidió suprimir los sueldos de todos los concejales electos, se eliminaron los cargos de confianza y se pararon las inversiones. También se recortaron horas extras de los trabajadores públicos, se eliminaron subvenciones y se organizó una fiesta mayor austera, como medidas de ahorro. "Cuando se te acaban los ingresos de la construcción, tienes que vivir con lo que recaudas", dice la exalcaldesa del municipio Maite Huerta (PSC).

El nuevo equipo de gobierno (CiU) no es tan optimista con las cuentas y encargará una auditoría para conocer el estado real de la caja, ya que asegura que el Consistorio guarda tres millones en facturas sin pagar. La exalcaldesa lo reconoce, pero añade que hace dos años esta deuda ascendía casi a seis millones.

- Mancomunitat Vall de Tenes. Bigues i Riells, Santa Eulàlia de Ronçana, Lliçà d'Amunt y Lliçà de Vall (Vallès Oriental) decidieron constituir una mancomunidad en 1982 para compartir áreas como la policía y los servicios sociales, que los municipios por sí solos no podían costear. Después de casi tres décadas, el organismo supramunicipal ha conseguido llevar adelante un instituto en el que estudian 450 jóvenes y una escuela de música con cerca de 400 alumnos que en su origen era de titularidad municipal, pero que desde está mancomunada ha dejado de suponer 150.000 euros anuales de pérdidas para el Ayuntamiento de Lliçà d'Amunt.

También gestiona servicios referentes al asesoramiento a las empresas y la formación ocupacional, y aspectos relacionados con la drogodependencia y la familia.

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El presidente del organismo y alcalde de Lliçà d'Amunt, Ignasi Simón, apunta que, además de compartir servicios, la mancomunidad permite a los municipios tener más peso y ejercer de lobby ante otras Administraciones. Así han conseguido poner en marcha una línea de autobús que conecta los cuatro municipios.

Simón reconoce que si los Ayuntamientos no se hubieran unido, habría servicios que no tendrían, y destaca que, en la medida en que no comporta ningún coste adicional y ayuda a ahorrar, "es la única forma de salir adelante" que tienen los pequeños municipios en la actual situación. El regidor comenta que las posibilidades de compartir servicio son numerosas. "No solo se puede mancomunar un polideportivo, los Ayuntamientos también pueden plantearse compartir el arquitecto municipal, el interventor o el secretario. Nosotros queremos ahora mancomunar la recogida de basura".

- La Vall d'en Bas. Este municipio de la Garrotxa (2.950 habitantes) nació en 1968 de la fusión de siete poblaciones. El alcalde, Miquel Calm, destaca las ventajas económicas de la unión y de una gestión eficiente. "Con seis trabajadores en el Ayuntamiento somos capaces de gestionar los siete municipios. En cambio, hay poblaciones de nuestro tamaño que tienen entre 30 y 40 personas trabajando en el Consistorio".

El dinero que ahorran en personal lo destinan a inversiones. Ahora tienen proyectado construir una residencia y un museo, un privilegio que en época de crisis pocos municipios se puede permitir. Pero la ratio de endeudamiento de La Vall d'en Bas es del 60%, muy por debajo del 75% que se considera deseable.

Los servicios están repartidos entre los diferentes núcleos y los dos equipamientos sanitarios están ubicados estratégicamente, equidistantes de todas las poblaciones.

"La unión hace la fuerza. Hemos hecho un municipio más fuerte y con más calidad de vida", defiende Calm, quien considera que "el futuro lleva hacia este camino". Pero tranquiliza: "No se pierde la identidad ni el sentimiento de pueblo".

Fachada del Ayuntamiento de Roda de Barà en Tarragona.
Fachada del Ayuntamiento de Roda de Barà en Tarragona.JOSEP LLUÍS SELLART

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