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La crisis del euro | La respuesta de los Gobiernos

Los mercados dan la espalda al fuerte ajuste que aprobó Italia

La banca lidera las pérdidas en Milán, que se deja un 3% en otro lunes trágico

Los mercados ignoraron ayer el ajuste de 79.000 millones de euros aprobado el viernes por el Gobierno de Roma en el Parlamento. La Bolsa de Milán fue un día más la peor de Europa y cayó otra vez un 3%. Los cinco bancos que aprobaron las pruebas de resistencia virtuales tampoco pasaron el examen real y sufrieron fortísimas pérdidas. Los dos más grandes, Unicredit e Intesa San Paolo, se dejaron más de un 6%. El otro indicador clave, la prima de riesgo de la deuda, volvió al columpio y superó los 330 puntos básicos. Los títulos del Tesoro a 10 años franquearon por primera vez desde 1996 la barrera del 6%. Y según advirtió un estudio de Goldman Sachs, si el mercado obliga a Roma a pagar un 7% de rentabilidad en sus bonos, "el peso de la deuda se hará insostenible para Italia".

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Berlusconi no acudió ayer a sus habituales citas de los lunes con los jueces de Milán y se reunió durante una hora en Roma con el presidente de la República, Giorgio Napolitano. Los medios locales dijeron que el primer ministro planea una inminente crisis de Gobierno, aunque nadie parece descartar, todavía, la posibilidad de un Ejecutivo de unidad nacional sin Berlusconi al frente.

La solución de una minicrisis en medio de una tormenta financiera tan feroz suena a mero parche, y muchos dudan de que tuviera un impacto real sobre los mercados. La gran incógnita es qué sucedería con el ministro de Economía, Giulio Tremonti, cuya relación con Berlusconi es inexistente tras las públicas diferencias de las últimas semanas.

La prensa conservadora da por segura la salida del Ejecutivo del delfín de Berlusconi y ministro de Justicia, Angelino Alfano, para ocuparse a tiempo completo de la secretaría general del partido. Y juzgan probable el cese del titular de Agricultura, Saverio Romano, recién imputado por los magistrados sicilianos de complicidad con la mafia, aunque su presencia es crucial para Berlusconi porque representa a la treintena de tránsfugas que sostiene a su mayoría en el Parlamento.

Pero los escándalos siguen golpeando al Gobierno. Ayer dimitió de su puesto la portavoz del Ministerio de Economía, Manuela Bravi, tras ser interrogada por los jueces napolitanos que investigan a la Logia P4, el caso en el que está acusado de corrupción y revelación de secretos oficiales Marco Milanese, durante una década principal asesor de Tremonti.

Sabiendo que los mercados exigen más que subidas de impuestos y recortes de prestaciones sociales, Napolitano parece estar ejerciendo su autoridad moral para que Gobierno y oposición pacten con urgencia las reformas que necesita el país para crecer.

El clima social, en las calles y en la Red, es de creciente indignación con el Ejecutivo y la clase política por no haber afrontado en el ajuste los derroches y privilegios de La Casta. Y el temor es que el país repita las cotas dramáticas alcanzadas con Tangentopolis, el escándalo que hace 18 años puso fin a la I República.

Regresó ese ambiente con la muerte violenta de Mario Cal, director financiero del hospital milanés San Raffaele desde 1971 hasta hace unos días. Este centro de excelencia, donde se trata Berlusconi, arrastra deudas por 900 millones. El Vaticano ha decidido administrarlo, y Cal había declarado ante la fiscalía sobre la quiebra. Ayer, cuando iba a recoger sus pertenencias del despacho, dejó una carta para su mujer y una nota a su secretaria antes de usar su revólver.

El ministro Giulio Tremonti, en una sesión del Senado italiano el pasado 14 de julio.
El ministro Giulio Tremonti, en una sesión del Senado italiano el pasado 14 de julio.TONY GENTILE (REUTERS)

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