Se exhibe el arca perdida

"¡Nazis... odio a esos tipos!", la frase de Indiana Jones resonó ayer de manera insólita entre las paredes del Museo de Arqueología de Cataluña, en Barcelona, mientras soldados en uniforme alemán pululaban por las salas y el propio Indy andaba de aquí para allá asomándose a sus cosas. Porque, distribuidos en diferentes lugares del museo se exhiben, ¡oh, milagro!, los objetos por los que tanto ha porfiado Indiana Jones a lo largo de su carrera: la calavera de cristal, la cruz de Coronado, el bastón de Ra de Tanis, la piedra Sankara -"Fortune and glory, kid. Fortune and glory"-, ¡el santo Grial! y la mismísima Arca de la Alianza. Por un momento, pareció que el Museo de Arqueología de Cataluña no tenía parangón en el mundo, ni Metropolitan, ni Louvre, ni British Museum...

Las salas del centro acogen réplicas de los famosos objetos de los filmes

Desgraciadamente, se trata de réplicas: el arca perdida sigue, como es sabido, en algún rincón del almacén del Área 51 y el Santo Grial lo conserva el caballero templario en el templo secreto del cañón de la media luna... El museo barcelonés exhibe las copias (y ayer en la inauguración de la iniciativa al Indiana y a los nazis de mentirijillas) en un simpático juego que pretende a la vez homenajear al protagonista de una de las grandes sagas de aventuras cinematográficas en su 30 aniversario (sí, 30 años ya de En busca del arca perdida, no somos nada) y atraer público a sus dependencias. El homenaje incluye una charla sobre las localizaciones de las aventuras de Indiana y la proyección de las cuatro películas del ciclo.

Tiene gracia porque a la entrada te dan un mapa para que busques por las salas los objetos centrales de las películas de la serie, pese a aquella aseveración del profesor Jones a sus alumnos: "Los arqueólogos no seguimos mapas para encontrar tesoros enterrados y una X nunca, jamás marca el sitio". Es lo que piensan a su vez, paradójicamente, los responsables del museo, pero por una vez han permitido que la imaginación más lúdica invada el venerable centro y, realmente, solo por la imagen ya vale la pena. ¡Indiana Jones en el Arqueológico!

Buscando una cierta coherencia temática o formal el Arca de la Alianza ha sido ubicada en las salas de Prehistoria; la cruz de Coronado, junto a un tesoro visigótico; la urna de Nurhachi codiciada por el gánster chino de Indiana Jones y el templo maldito, al lado de los vidrios romanos; el Grial, cerca de las copas neolíticas del Argar (por su morfología). "No es fácil decidir en qué sección situar los objetos de Indiana Jones", reconoció una portavoz del museo. En una vitrina puede admirarse también el sombrero fedora del héroe, su macuto y su látigo.

En realidad, el museo no es el directo responsable de la singular exhibición. Lo que ha hecho es ceder su espacio a un grupo de fans de Indiana Jones, Ruben Produccions, que estaban muy ilusionados en poder mostrar su material sobre el personaje en un lugar tan adecuado -no hay que olvidar que el museo barcelonés es de la misma época, los años treinta, que las tres primeras aventuras de Indy-. ¿Poco serio el asunto? El museo no teme a las críticas porque está claro que se trata de un sano divertimento y una buena iniciativa para promocionarse en estos tiempos de recortes presupuestarios. Además, subrayan, atraídos por Indiana Jones, los jóvenes aprenderán lo que hacen los arqueólogos de verdad. "Que lo pases pipa no quita que adquieras conocimientos", sintetizaron. Y no hay que olvidar que son muchos los amantes de la arqueología e incluso los profesionales de esa ciencia que deben el origen de su interés y de su profesión al aventurero del sombrero y el látigo.

Una consideración final, teñida de melancolía: nuestro Indiana Jones ya es, ay, objeto de museo.