Van Rompuy convoca con prisas a la cúpula europea para frenar el contagio
Los problemas de Italia y, en menor medida, España preocupan a los dirigentes europeos - La UE inicia una semana clave para la crisis de deuda
La solución de la crisis de la deuda soberana de Grecia está en un callejón sin salida. Ante la creciente inquietud en los mercados financieros y el riesgo de contagio a importantes países como Italia y, en menor medida, España, el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, convocó ayer por sorpresa una reunión urgente para hoy en Bruselas de los máximos líderes europeos con el fin de desencallar un acuerdo para un segundo rescate griego.
La reunión, que se celebrará por la mañana, tratará de allanar los trabajos del Eurogrupo, que se reunirá después. Están convocados Jean Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE); Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo; José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, Olli Rehn, comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Jan Vincent Rostowski, presidente de turno del Ecofin, y Vittorio Grilli, presidente del Comité Económico Financiero, que prepara las reuniones del Ecofin, que se reunirá el martes.
El segundo rescate a Grecia sigue bloqueado por la aportación privada
Dirk de Backer, portavoz de Van Rompuy, precisó que "no se trata de una reunión de emergencia, sino de coordinación". "No es una reunión de crisis", insistió, y aseguró que no tiene relación con Italia, cuyas bolsas y bonos se descalabraron el pasado viernes.
El bloqueo en las conversaciones sobre Grecia y las dificultades de Portugal e Irlanda gravitan sobre países como Italia. Prueba del temor al varapalo de los mercados es que el regulador de la Bolsa italiana instauró ayer un mecanismo de control sobre las ventas al descubierto para frenar las operaciones especulativas. El clima de preocupación ya se destectó el viernes, cuando Trichet llamó a un alto dirigente europeo para expresarle su inquietud por el punto muerto en que se encontraban las negociaciones sobre Grecia, según fuentes comunitarias.
Ayer, Trichet defendió la creación de un ministerio de Finanzas europeo, idea que ha planteado anteriormente. "A largo plazo podemos imaginar una confederación flexible que sería muy distinta a Estados Unidos, pero en la que tendríamos para el área de política económica en particular un ministro federal y un Ministerio federal", dijo en un foro de negocios en Aix-en-Provence.
Desde que se desató la crisis del euro en otoño de 2009, Van Rompuy no había convocado nunca una reunión de dirigentes de las instituciones europeas. Sí había impulsado una cita informal de los líderes de los Veintisiete el 11 de marzo de 2010, cuando se abordó la cuestión de Grecia por primera vez, y otra de líderes del Eurogrupo el 7 de mayo del mismo año, en plena tormenta financiera internacional.
El segundo rescate de Grecia, de entre 80.000 y 90.000 millones de euros, se encuentra bloqueado por las dificultades de encontrar un acuerdo sobre la participación privada, es decir, la contribución de los bancos y compañías de seguros a pagar parte de la factura de la deuda griega, algo que exigen especialmente Alemania, Austria, Finlandia y Holanda. El debate partió del plan presentado por Francia, cuyos bancos son los que tienen más deuda griega. La propuesta consiste en reinvertir el 70% de la deuda a medida que llegue su vencimiento en los próximos dos años.
El BCE ha advertido que solo permitiría la participación de los bancos si fuera voluntaria para evitar que el canje de títulos pudiera ser declarado como un default o suspensión de pagos que podría contagiar otros países. La situación se ha complicado porque la agencia de calificación Standard & Poor's advirtió que no podría aceptar la oferta de Francia porque cambian las condiciones del contrato y, en cierta medida, equivalía a un default.
Mañana se reúne el Ecofín, donde se examinará el caso griego y su posible impacto sobre Italia, y el viernes se publicarán las pruebas de resistencia a la banca, que podrían suponer un alivio para Roma, dado los buenos resultados que se esperan para su banca.
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