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La crisis del euro

Europa se aleja, por ahora, del precipicio

La ruta impuesta a Grecia para evitar la suspensión de pagos exigirá décadas de austeridad - "No queremos poner de rodillas al pueblo", responde la oposición

Andreu Missé

Grecia ha finalizado una de las semanas más azarosas de su reciente historia con un atisbo de esperanza. Los ministros de Economía de la zona euro acordaron ayer dar luz verde a un préstamo de emergencia de 12.000 millones de euros, de los que el FMI aportará 3.300. Se trata del quinto tramo del paquete global de 110.000 millones prometidos en mayo del año pasado. Grecia y el euro en su conjunto han estado al borde del abismo. De momento, se han alejado, pero la senda de recuperación trazada por las instituciones internacionales para evitar la suspensión de pagos exigirá décadas de austeridad.

El acuerdo de los Gobiernos llegó a través de una teleconferencia extraordinaria. El comunicado oficial afirma que "los ministros señalan con satisfacción la adopción de leyes clave sobre la estrategia fiscal y las privatizaciones adoptadas por el Parlamento griego". Los ministros subrayaron que "las autoridades griegas se habían comprometido fuertemente a adoptar el acordado camino del ajuste fiscal y la agenda de reformas estructurales para aumentar el crecimiento, que son componentes esenciales de nuestra estrategia para restaurar la estabilidad fiscal y salvaguardar la estabilidad financiera". El Parlamento griego aprobó esta semana un duro plan de ajuste que implica una reducción del gasto y subida de impuestos por 28.400 millones y privatizaciones por valor de 50.000 millones hasta 2015.

El segundo plan de rescate oscilará entre 80.000 y 90.000 millones
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Los ministros piden también "que todos los partidos políticos de Grecia apoyen las principales medidas del programa de ajuste para asegurar una rápida implementación". Esta demanda, exigida anteriormente a Portugal, chocó con las manifestaciones de Antonis Samaras, líder del principal partido de la oposición Nueva Democracia, integrado en el Partido Popular Europeo (PPE). En una entrevista al semanario griego Real News, Samaras, cuyo partido ya votó en contra del primer plan de rescate, señaló que si el Gobierno socialista "no cambia esta política asfixiante, votaremos contra el rescate. Queremos aniquilar el déficit, pero no queremos poner de rodillas al pueblo griego".

El segundo plan de rescate, decidido en la cumbre europea del pasado 24 de junio, también fue objeto de análisis por los ministros durante la teleconferencia. El comunicado final señala que se han efectuado consultas con los acreedores de Grecia para "definir las modalidades de participación voluntaria del sector privado con el objetivo de lograr una sustancial reducción de las necesidades de financiación de Grecia cada año". El texto indica que la precisión de la financiación adicional del sector oficial y la participación del sector privado "será definida en las próximas semanas". Lo cual apunta a que el acuerdo definitivo difícilmente se alcanzará en la próxima reunión del Eurogrupo del próximo 11 de julio.

El segundo paquete de rescate prevé una financiación adicional que oscila entre 80.000 y 90.000 millones. La aportación sería pública y privada, como quería Alemania. Además, Grecia espera obtener otros 30.000 millones de las privatizaciones durante los próximos dos años.

Pero todas estas ayudas serán insuficientes según muchos analistas. Zsolt Darvas, investigador de Bruegel, centro de investigación financiera de Bruselas, señala que a pesar de los ajustes, "la deuda pública griega podría alcanzar los 400.000 millones en 2014. La participación del sector privado, que podría suponer unos 50.000 millones, podría ser un alivio de la presión para la financiación a corto plazo. Pero la decisión no cambiará las bases de la ecuación fundamental de que la deuda griega se mantendrá entre el 150 % y el 160% del PIB, simplemente demasiado alta". Darvas ve difícil evitar la reestructuración, a no ser que se produzca una continua financiación oficial a tipos muy bajos.

A pesar de las crecientes presiones de académicos y políticos a favor de "una necesaria reestructuración de la deuda griega", el reciente clima más favorable tras la aprobación de austeridad del Grecia, ha dado alas al presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet a mostrarse más categórico que nunca contra cualquier tipo de reestructuración y a insistir que cualquier participación de los bancos debe ser "voluntaria".

La decisión política de dar luz verde estos fondos casi se descontaba tras la aprobación del ajuste por el Parlamento de Atenas. "Ahora ya se dan las condiciones para adoptar una decisión sobre el desembolso del próximo tramo de asistencia financiera a Grecia y para un rápido progreso en un segundo plan de asistencia", han manifestado ron al unísono el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y el del Consejo Europeo Herman Van Rompuy.

Los préstamos puntuales concedidos ayer sólo permitirán pasar un verano más o menos tranquilo. Grecia carecía de fondos para afrontar los pagos inminentes de las próximas semanas: unos 2.400 millones. Además, Atenas otras necesidades de financiación como el pago de cupones de más de 5.000 millones durante ambos meses y las necesidades de financiación del nuevo déficit.

El acuerdo político para un segundo plan de asistencia fue alcanzado en la pasada cumbre de 23 y 24 de junio. Pero falta mucho. Por ejemplo, en la conferencia telefónica los ministros abordaron la manera de implementar un segundo plan de rescate para asegurar la financiación hasta medidos de 2014.

La asunción de estos sacrificios y la disposición de los bancos y aseguradoras a contribuir al pago de la factura han relajado los mercados. Así, por ejemplo, el coste de los CDS (seguros de deuda) de los títulos a cinco años ha descendido notablemente. Asegurar 10 millones de bonos griegos ante una eventual suspensión de pagos descendió desde los 2,1 millones a los 1,9 millones.

Los líderes de Grecia, la Comisión Europea, Francia, Portugal y Alemania, durante la cumbre europea del pasado 23 de junio en Bruselas.
Los líderes de Grecia, la Comisión Europea, Francia, Portugal y Alemania, durante la cumbre europea del pasado 23 de junio en Bruselas.JOHN THYS (AFP)

Dos semanas al borde del abismo

- 15 de junio. La oposición griega rechaza integrarse en el Gobierno del socialista Yorgos Papandreu. Arrecia la presión sobre la deuda de los países periféricos. La prima de riesgo de Grecia, Irlanda, Portugal y España inicia su enésima escalada.

- 20 de junio. Los ministros de Economía del euro lanzan un ultimátum a Grecia para que apruebe el segundo plan de ajuste y dar así luz verde a los 12.000 millones del plan de rescate de 2010.

- 21 de junio. Presión sobre la oposición griega para que apruebe otro rescate. "No hay alternativa ni un plan B", dramatiza Durão Barroso.

- 23 de junio. Francia y Alemania tratan de forzar que la banca se implique en el rescate de Grecia.

- 24 de junio. Fracaso de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE en su intento de convencer a la oposición conservadora griega de que apoye el nuevo plan de ajuste.

- 27 de junio. La prima de riesgo española toca máximos, 293 puntos básicos. Sarkozy pacta con la banca francesa su participación en el rescate a Grecia. La prima española acaba el día en 279 puntos.

- 28 de junio. El Parlamento griego aprueba el nuevo plan de ajuste y privatizaciones. Atenas cumple con las exigencias de Bruselas y el FMI, y evita el caos en la zona euro. Cede el riesgo asociado a los países de la periferia de la eurozona.

- 29 de junio. Alemania implica a la banca en el rescate con aplazamientos en los pagos de hasta 30 años.

- 2 de julio. Los ministros de Finanzas de la zona euro celebran una videoconferencia donde dan luz verde al quinto tramo de ayuda (12.000 millones) del primer rescate.

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