A los Barrios los matan uno tras otro
Siete miembros de una misma familia han sido asesinados en Venezuela. Presuntamente, por policías del Estado de Aragua
Los Barrios se habían resignado a la idea de que el 28 de agosto de 1998 uno de ellos iba a morir. A las 16.00, el padre de esta familia de 12 hermanos cayó en coma, tras agonizar varios días por una enfermedad que le hizo agua los pulmones. Los médicos convocaron a todos al hospital, previendo que a la mañana siguiente el paciente no seguiría vivo. Solo Benito Barrios, el quinto hermano, se quedó en casa. Y esa noche, ya nadie recuerda por qué, cuatro policías fueron a por él, lo arrestaron y lo mataron. Su padre, de 76 años, vivió cuatro días más y nunca llegó a enterarse del asesinato de su hijo. Tampoco alcanzó a saber que, a partir de ese momento y en los 12 años que siguieron, otros seis de sus hijos y nietos serían asesinados, uno tras otro, presuntamente por agentes de policía.
La mitad de los asesinados contaban con medidas de protección de la Corte de Derechos Humanos
Si hubiese que buscar un principio para la historia de los Barrios, sería una noche cualquiera de 1996, cuando Benito se vio envuelto en una pelea callejera donde su contrincante salió malherido. Por esa causa Benito estuvo dos años en la cárcel y al salir, dicen sus familiares, la policía no dejó de perseguirlo: de cuando en cuando lo detenían, lo golpeaban y lo dejaban en libertad. Lo detuvieron por última vez el 28 de agosto de 1998 y murió ese mismo día.
Los Barrios descienden de una familia de campesinos del pueblo de Guanayén: un caserío de poco más de 12.000 hectáreas y poco menos de 2.000 habitantes al sur del Estado de Aragua y a cinco horas en coche desde Caracas. Los que han sobrevivido hacen esfuerzos para ponerse fuera del alcance del grupo que desde hace más de una década opera dentro de la Policía Regional de Aragua, al que las organizaciones de derechos humanos de Venezuela le atribuyen la ejecución extrajudicial de más de 500 personas entre los años 2005 y 2008.
Solo en esta familia han muerto siete de sus miembros: Benito, Narciso, Luis, Óscar, Rigoberto y Wilmer, asesinados entre 1998 y 2010, y Juan José, el 28 de mayo de 2011. Al menos la mitad de ellos estaban amparados por medidas cautelares de protección emitidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La rutina de los homicidas en cada crimen es siempre la misma. Jorge Barrios, el mayor de los dos hijos de Benito Barrios, tenía nueve años el día que mataron a su padre. De esa noche recuerda que todos en casa dormían cuando media decena de policías entraron, golpearon y esposaron a Benito delante de la familia. Cuatro horas más tarde, el cuerpo de su padre estaba tendido en la morgue del hospital: tenía una herida de bala en el pecho y otra en el abdomen.
Cinco años más tarde llegó la segunda muerte: la de Narciso Barrios, el 11 de diciembre de 2003. Cuentan sus familiares que ese día Narciso intentó impedir que tres funcionarios de la policía regional se llevaran detenidos a dos de sus sobrinos. "Él salió corriendo detrás de la policía y les gritó: 'Suéltenlos a ellos y llévenme a mí'. Entonces los policías le dispararon, delante de todo el mundo", cuenta Eloísa Barrios, la mayor de las hermanas. Ni ella ni su familia denunciaron la primera muerte, no sabían qué hacer. "Ya con la de Narciso empezamos con los trámites. Pero fíjese: cuando empecé a hacer diligencias buscando justicia por mi segundo hermano, nunca pensé que iban a caer todos los demás. Creí que con esas diligencias protegía a los otros, pero tal vez fue peor", dice Eloísa.
Y asegura que, dos semanas antes de su muerte, Narciso Barrios y su hermano Luis habían tenido un pleito con la policía regional que culminó con el allanamiento de las casas de tres de sus hermanas. Meses más tarde, tres encapuchados asesinaron también a Luis Barrios. "Los mismos policías que estaban involucrados en la muerte de Narciso le dijeron que si lo encontraban por ahí a él lo iban a matar", dice Eloísa.
El 20 de septiembre de 2004, Luis Barrios se despertó con un ruido de piedras que caían sobre su techo. Salió al patio y le dispararon tres encapuchados. El siguiente fue Rigoberto Barrios, de 16 años: dos hombres armados lo detuvieron el 9 de enero de 2005 y le dispararon ocho veces. Su novia, Carolina Martínez, estaba con él y contó a la Fiscalía que uno de los hombres le preguntó a Rigoberto su nombre y le dijo: "No vayas a salir corriendo, que somos del Gobierno". Tanto Rigoberto como su primo Óscar Barrios contaban con medidas provisionales de protección dictadas por la CIDH. Ambos habían sido testigos de algunos de los abusos de la policía regional denunciados por la familia y se presumía que sus vidas corrían peligro. La Corte estaba en lo cierto: el 28 de noviembre de 2009, Óscar fue el quinto miembro de la familia Barrios asesinado. Tenía 22 años y lo mataron del mismo modo que a sus tíos y primos: le dispararon dos encapuchados.
El 1 de septiembre de 2010 ejecutaron al sexto de los Barrios. Iba en su motocicleta y dos hombres le obligaron a arrodillarse y le dispararon en la espalda y en el cuello.
Los Barrios creen saber los nombres de los policías que, presumen, asesinaron a sus familiares. De los siete homicidios, solo el de Benito Barrios ha sido investigado: en esta caso, la Fiscalía señaló como responsables a cuatro funcionarios de la Policía Regional de Aragua que, 14 años más tarde, no han sido acusados formalmente ni llevados a juicio. -
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