Gran final
Llega el partido esperado por casi todos los amantes de este deporte, el nuevo clásico, en la catedral del tenis. Es el primero de ellos en el que Djokovic actúa como numero uno (oficialmente a partir de mañana, gane o pierda hoy). ¿Qué podemos esperar de este partido? ¿Puede afectar ese nuevo estatus positiva o negativamente a alguno de los dos? Es difícil separar el corazón para mí cuando uno de los contendientes es Rafa. Es tarea ardua intentar ofrecer un análisis imparcial. Lo que está claro es que el cambio de ránking de los jugadores no supondrá cambio alguno. Nadal, porque a más dificultades y adversidades, mejor responde. Djokovic, porque es suficientemente ganador como para que el número uno no sea premio suficiente.
El serbio tiene la confianza que da la invencibilidad; hablando de Rafa, la palabra imposible debería prohibirse
Analizando el momento y juego actual de ambos, vemos que el serbio llega en un momento de forma excelente, con la misma confianza que te da la invencibilidad, la misma que le llevó a sobreponerse en tantos momentos complicados que tuvo este año en partidos puntuales como ante Murray en Roma, Nadal en Indian Wells y Miami, y Tomic en Wimbledon. Quizás ha perdido un poco de frescura en su juego respecto a los primeros meses, pero sigue ganando y ya parece olvidado el resbalón, si así se lo puede considerar, ante la mejor versión de Federer que yo he visto en tierra hace apenas tres semanas en Roland Garros. Nadal, por su parte, llega con la confianza por las nubes después de ganar en París, confianza que había mermado después de perder en Madrid y, sobre todo, en Roma. También ha tenido sus dificultades en Londres este año, pero una vez superado el partido de Del Potro, ha actuado a grandísimo nivel. Me gusta ver la agresividad que Nadal adopta en hierba. Esta superficie es la más complicada a la hora de defenderse, si bien es verdad que nadie devuelve las bolas imposibles que él devuelve. Os aseguro que correr de lado a lado en hierba es misión imposible para todos. Por eso, él sabiéndolo, intenta ser más agresivo y le funciona muy bien visto que lleva cinco finales consecutivas.
Van a ser importantes cuatro cosas, a mi entender, desde el punto de vista del mallorquín: el resto del primer saque del serbio; evitar que pegue tres reveses seguidos ofensivos, arma totalmente mortal en su juego; dominar el punto cuando tenga la opción a ello; y alto porcentaje de primeros servicios. Fácil decirlo, pero difícil ejecutarlo, aunque si alguien puede, ese es Rafa. Creo que este partido puede ser muy importante a la hora de dilucidar la carrera hacia el número uno a final de año. Si gana Novak, habrá dado un paso casi decisivo, si no hay lesiones de por medio, para conseguirlo. Si por otra parte es Rafa quien gana, la cosa se igualaría muchísimo, y algo que parecía imposible antes de que empezara Roland Garros, podría suceder. Aunque hablando de Rafa, la palabra imposible debería estar prohibida.
Quería también hacer especial mención a Petra Kvitova, ganadora de la final femenina. Creo que estamos ante una futura número uno. La vi ganar el Mutua Madrid Open y me encantó. Wimbledon no será flor de un día, os lo puedo asegurar. Me quedo con una cosa de ella: la manera de cerrar el partido en el último juego, algo solo al alcance de los grandes. Enhorabuena.
