AVE en vía muerta
Cuando José Bono era presidente de Castilla-La Mancha luchó a capa y espada por las capitales manchegas, lo que se traducía en lograr una estación del AVE en cada una. Ello, decía entonces, vertebraría las ciudades y estructuraría la región. Doce años más tarde, sus paisanos le han dicho por la vía de los hechos que no tenían interés alguno en vertebrarse ni estructurarse. Utilizan el AVE para viajar a Madrid y a Valencia, las dos grandes urbes más próximas, y desprecian el recorrido "interior" sin transbordo entre Toledo y Albacete (nueve pasajeros al día) y el de Cuenca con Albacete (siete). Si se tiene en cuenta que mantener la primera infraestructura citada le cuesta a Renfe 18.000 euros al día, es fácil deducir la razón de su cierre y también la conveniencia, sobre todo ahora que la crisis sigue inclemente, de desoír los reclamos de algunos políticos y analizar la rentabilidad de una obra pública antes de lanzarse a la aventura.
Por fortuna, la línea Toledo-Albacete no ha requerido de mucha obra extraordinaria, ya que aprovecha la vía Toledo-Madrid y parte del trazado Madrid-Valencia. Otras líneas como la que une Zaragoza con Huesca o la que enlazará la meseta con Santander, debido también a la presión del expresidente cántabro Miguel Ángel Revilla, prometen colaborar en el vaciamiento de las arcas públicas para ofrecer un servicio para el que no hay demanda. Es tal el despropósito que a Renfe le saldría más barato poner un vehículo de lujo a cada pasajero que seguir manteniendo una infraestructura cuyo coste de mantenimiento es de 100.000 euros anuales, como mínimo.
La decisión de Renfe de cerrar la línea Toledo-Albacete puede ser un síntoma de cordura en un país empeñado en superar su déficit en infraestructuras a base de alta velocidad. Sin embargo, hay detalles que conducen a la melancolía. Este cierre se anuncia tras perder el PSOE el Gobierno de Castilla-La Mancha por vez primera en democracia, lo que puede ser una casualidad. El otro detalle es que, entre los recortes de Fomento, José Blanco no incluyó el AVE de su tierra. En diciembre se inaugura Ourense-Santiago. Pero puede ser otra casualidad.
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