Sigue el calvario del River
El Gobierno estudia cerrar el estadio Monumental la próxima temporada por los incidentes
El domingo fue el peor día del River Plate, el club de Buenos Aires con más Ligas argentinas ganadas y que ha bajado por primera vez a Segunda. Pero los siguientes no presagian algo mejor. Después de esa jornada de furia, que acabó con 89 heridos y 50 arrestados, la prensa publicó ayer que el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner analiza la posibilidad de prohibir que el River juegue en su estadio Monumental los próximos 20 partidos, con lo que no disputaría en él la próxima temporada. Los Millonarios deberían usar otro estadio en los encuentros de casa. Además, los tres primeros debería afrontarlos sin su público, según estudia el organismo que se encarga de la seguridad en los espectáculos deportivos y que fue creado ante la permanente violencia en el fútbol.
Almeyda, que volvió el año pasado, deja la defensa para dirigir al equipo
Maradona denuncia judicialmente a la anterior directiva del club por fraude
El presidente del endeudado River, el exdefensa bicampeón mundial Daniel Passarella, designó el lunes por la noche como sustituto del entrenador, Juan José López, a quien fue la estrella del gris plantel que no pudo evitar la pérdida de la categoría: el medio defensivo Matías Almeyda. El que fuera jugador del Sevilla y de La Albiceleste en los Mundiales de 1998 y 2002, de 37 años, se había retirado del fútbol en 2005, pero regresó para jugar en el Fénix, de Tercera. Actuó en él unos pocos partidos y volvió al River. Era 2009 y Los Millonarios comenzaban a transitar por su crisis deportiva, que les condujo a Segunda, dado que en Argentina los descensos se definen según el promedio de puntos de las últimas tres temporadas.
El Pelado debutó ayer teniendo que dar explicaciones ante la justicia argentina por su pasado como futbolista. Sucede que en el último derbi contra el Boca Juniors, el máximo rival, Almeyda fue expulsado y se retiró, desafiante, del campo besando la camiseta de la banda roja ante la tribuna xeneixe. Debería donar 2.137 euros a la turística iglesia porteña de San Telmo por incitar a la violencia. Es poco dinero para un deportista de élite, más allá de que el River deba a sus jugadores 3,3 millones en concepto de salarios atrasados desde 2010.
Uno de los hinchas más famosos del Boca, Diego Armando Maradona, lejos de sentirse ofendido con Almeyda, se presentó el lunes ante la justicia para defender a la dirección del River y denunciar a su anterior presidente, José María Aguilar (2001-2009), y al todopoderoso jefe de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Grondona, con quien mantiene un duro enfrentamiento desde que no le renovó el contrato como seleccionador tras el Mundial de 2010. Maradona les acusa del delito de administración fraudulenta. "Los responsables del River y de la AFA han perjudicado el patrimonio del club, agudizando la crisis y llevándolo al descenso", declaró el abogado de El Pelusa.
La prensa ha publicado versiones contrapuestas sobre si la AFA sancionará al River con la quita de puntos. El eventual castigo no sería solo por los actos de vandalismo -ayer ya habían sido puestos en libertad todos los que resultaron detenidos-, sino también porque los ultras del River amenazaron al árbitro con matarlo si no pitaba un penalti a su favor. En el primer tiempo se equivocó al no señalar uno a favor del River, en el descanso recibió la advertencia y en la segunda parte pitó uno justoi.
Arano, medio del River, reconoció que hace seis días que no envía a sus hijos a la escuela por temor a que los agredan. Passarella debió pedir a la policía que custodiara su casa. El portero Carrizo, que en el torneo cometió varios errores infantiles, se incorporó el lunes a la selección que el viernes debutará en la Copa América, que se celebra en la propia Argentina. Mientras tanto, un agente dijo que varios exjugadores del River quieren volver al club para pelear por el regreso a Primera: Cavenaghi, Domínguez (Valencia), Lux (Mallorca) y Garcé.
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