¿Dónde se había escondido Spies?
Este es el Ben Spies que todos estábamos esperando. Éste es el talento en el que se fijó Yamaha hace unos años. El mismo Spies que asomó el año pasado en Indianápolis, donde consiguió la pole position y terminó en segunda posición en carrera. Es el Spies de pretemporada, que rodaba incluso más rápido que el campeón del mundo, o el que protagonizó la remontada en Jerez, bajo la lluvia, hasta que se cayó cuando intentaba alcanzar a Lorenzo. Este fin de semana ha pilotado como si estuviera poseído. Lo ha hecho todo perfecto. Ha estado delante en todos los entrenamientos, a pesar de que las condiciones no eran las mejores; todos cometieron errores menos él. Y me pregunto dónde se había escondido todo este tiempo.
Estuve hablando con Kevin Schwantz durante la sesión de clasificación del viernes, él estaba observando a los pilotos apostado en una curva del circuito y yo lo hacía dando vueltas con mi scooter. Me dijo que aquél era el Ben Spies que él conoció en el campeonato norteamericano: cuando se enchufa no hay nadie que pueda pararle; cuando se encuentra cómodo y le da a ese clic de encendido es muy consistente. Schwantz andaba con el pecho henchido, orgulloso, repartiendo halagos de tejano a tejano. Esto es lo que buscamos, la aparición de un escenario diferente, de nuevos pilotos capaces de batir a los habituales y una manera de hacer diferente de alguien que también pelee por la victoria. Ha sido un excelente fin de semana de celebración para Yamaha, aunque por desgracia no hayamos podido ver a los dos compañeros de equipo peleando por la victoria. Sin embargo, la fábrica japonesa y sus pilotos pueden extraer todo el jugo a lo positivo de ver cómo ha ganado Ben y la manera en que Jorge ha demostrado que podría haber estado ahí otra vez.
Me resulta curioso cómo dos de los principales aspirantes al título este año han sido ambos arrastrados en ocasiones similares y han pagado el error de otro. Ocurrió con Stoner y Rossi, y ahora con Lorenzo y Simoncelli. Casey salió lanzado de aquel percance. No se hundió. Al revés. Y Lorenzo debe hacer lo mismo. Sé que estará listo. Lo demostró en la carrera en Assen: una batalla fantástica. El funcionamiento de las Yamaha en Assen y el buen papel que han sido capaces de hacer sus pilotos no hace creer que habrá circuitos en los que la M1 parecerá mucho mejor y dará más guerra a las Honda. La forma en que la Yamaha sigue haciendo los cambios de dirección es deliciosa. Eso debe cargar de moral a sus pilotos.
Quizá la fábrica se replantee el color de su moto. Se ven mucho mejor de rojo y blanco; hasta más optimistas que la Yamaha habitual este año, en negro y azul. Esta moto con la que se conmemoran los 50 años de la fábrica japonesa en el mundial de motociclismo se ve mucho mejor en la pista y por la televisión, da luminosidad a los miembros del equipo, que han vestido los mismos colores, y hasta nos ha dado un Lorenzo más sonriente y contento en este gran premio. Después de su primera victoria, Ben no querrá volver al azul. Sobre todo si gana en Laguna Seca, donde volverán a llevar estos colores de celebración.
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