El CES renuncia a dictaminar sobre la ley de Cajas por discrepancias internas
Confebask rechazó incluir en el informe las propuestas de los sindicatos
El Consejo Económico y Social vasco (CES) no ha logrado cumplir con su labor consultiva en el caso del proyecto de ley de Cajas. El enfrentamiento entre los representantes de la patronal Confebask y el bloque sindical, compuesto por CC OO y UGT -tanto ELA como LAB abandonaron hace meses el organismo- va a impedir que el texto llamado a regular las tres entidades y sus nuevos órganos de representación tras el proceso de fusión fría en que BBK, Kutxa y Vital están inmersas, llegue al Parlamento con las aportaciones de todos los agentes sociales.
Después de varias reuniones, Confebask se ha negado a que se dictamine sobre un proyecto de ley de esta importancia, al interpretar que las propuestas que hacía la parte sindical iban más allá de lo que estimaba razonable, al incorporar disposiciones que aumentaban sustancialmente la representación social en los órganos de decisión de las entidades financieras.
Las centrales trasladarán sus ideas a los grupos parlamentarios
Las centrales formularon varias propuestas que querían incluir en el dictamen final para elevar el porcentaje de representación de los empleados en la Asamblea General de cada entidad del 7% mínimo que fija la legislación estatal a un 10%. Además, proponían establecer algún tipo de garantía para que existiese una representación social también en los consejos de administración.
La patronal rechazó de plano dictaminar sobre el proyecto con esas nuevas aportaciones porque suponían "laboralizar" un proyecto de ley que no había llegado con ese espíritu al CES.
El consejo está compuesto por cuatro bloques con capacidad de veto sobre la emisión o no de los informes. Aunque tras la marcha de ELA y LAB se había desatascado el órgano consultivo y los informes salían adelante con más o menos discrepancias, el enfrentamiento en torno al proyecto de ley de Cajas ha resultado insalvable. El primer bloque de ocho consejeros representa a las organizaciones y confederaciones sindicales. A ellos se suman otros ocho por las confederaciones empresariales y ocho expertos de reconocida cualificación, experiencia e independencia. A esos tres bloques hay que sumar un cuarto en el que figuran otros ocho consejeros más en representación de las Cámaras de Comercio, las cajas de ahorro y entidades financieras, las cooperativas, las sociedades anónimas laborales, las organizaciones pesqueras, agrarias y de consumidores y, finalmente, de la UPV. Todos ellos participan por especialidades en la elaboración de los dictámenes que el Parlamento evalúa después y teóricamente tiene en cuenta a la hora de abrir el periodo de enmiendas en el debate de una ley.
Fuentes de UGT y CC OO recalcaron ayer que no renuncian a sus propuestas y que se las van a explicar a los partidos parlamentarios para ver si pueden ser introducidas como enmiendas en el texto de la ley.
Los consejos de administración de las tres cajas aprobarán la fusión a finales de este mes, y en la primera quincena de septiembre serás las asambleas las que lo ratifiquen. La ley estará lista para finales de año.
Sin acuerdo en la mesa laboral
Punto y seguido. La segunda reunión que mantuvieron ayer los representantes de las tres cajas y de los sindicatos para cerrar el acuerdo laboral que facilite el sí de las centrales al proceso de fusión entre BBK, Kutxa y Caja Vital se cerró sin avances.
Sin el apoyo de los sindicatos la fusión no saldrá adelante en la Asamblea de Kutxa, donde se necesitan dos tercios de los votos para ratificar el acuerdo que adaptarán en breve los consejos de administración de las tres entidades.
Los sindicatos se han opuesto en bloque a la bancarización de las cajas, aunque hay dos bloques, quienes están dispuestos a pactar a cambio de permitirla, y quienes no, entre ellos ELA y LAB. De hecho, varios miembros de esta última central se manifestaron ayer en contra de la bancarización de las cajas.
El bloque mayoritario formado por CC OO, los independientes Pixkanaka-Kashari y el Grupo Independiente Vital (GIV), que representan al 66% de las plantillas de las tres cajas, exigieron en la segunda reunión de la mesa laboral la garantía del mantenimiento de toda la plantilla, salvo prejubilaciones voluntarias -para los nacidos antes de 1953 con el 80% del salario y compensaciones por traslados-, así como el mantenimiento de las condiciones laborales y de los beneficios sociales para los cerca de 8.000 empleados totales.
Igualmente, exigen el mantenimiento del cobro del mismo salario que vienen percibiendo en la actualidad y un proceso gradual que acomode la jornada laboral a la de BBK.
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