_
_
_
_
Crítica:ÓPERA | UNE FLÙTE ENCHANTÉE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Esencial y cercana

Vaya por delante que nada sé sobre ópera, laguna enorme de la que pronto se darán cuenta quienes lean estas líneas. Pero resulta que detrás de esta flauta mágica que acaba de presentarse dentro del ciclo Panorama França del festival Grec está, nada más y nada menos, que Peter Brook, cita obligada haga lo que haga. Además, en el reparto está el atractivo actor -William Nadylam- que hizo de Hamlet en la producción que Brook presentó también en el Mercat hace ya unos 9 o 10 años. Así es que, con una somera idea de la trama y sin prejuicios de ningún tipo, es lo que tiene la ignorancia, me dejé llevar por este cuento de hadas animada, todo hay que decirlo, por la corta duración del montaje: una horita y media, y a la calle.

UNE FLÙTE ENCHANTÉE

De W. A. Mozart. Adaptación: Peter Brook, Franck Krawczyk, Marie-Hélène Estienne. Dirección: Peter Brook. Intérpretes: Leila Benhamza, Patrick Bolleire, Jean Christophe Born. Piano: Matan Porat.

Mercat de les Flors. Barcelona, hasta el 20 de junio.

La famosa 'flauta mágica' es un trocito de una de las cañas
En esta versión todo fluye relajadamente desde una aparente ligereza

La historia del príncipe Tamino, que es salvado por las tres damas y que se enamora de la hija de la Reina de la Noche, la joven Pamina, a partir de un retrato de ella, deviene en manos de Brook de lo más sobria y esencial. De entrada, las tres damas no aparecen; tampoco hay más instrumentos en esta ópera que el piano de cola. Y por todo decorado, unas cañas de bambú que los actores (Hamlet y Abdou Ouologuem, de Tierno Bokar y Sizwe Banzi est mort) van reubicando para delimitar los espacios de la acción. Un par de pareos, que uno u otro extiende sobre el suelo, sirven, fiel a su estilo -y vuelvo a su Hamlet, que transcurría sobre una alfombra-, para centrar el asunto.

La famosa flauta mágica es un trocito de una de esas cañas. Y ya. No hay nada más, excepto las voces cercanas de unos cantantes que no han de superar ningún foso para la orquesta para arrastrarnos a su terreno, el de la intimidad con la partitura de Mozart, adaptada aquí al piano. Y, de todos ellos, me quedo con Papageno -Virgile Frannais-, un tipo simpatiquísimo que canta con la naturalidad del habla. Lo cierto es que todo resulta natural en esta versión teatral y personal de La flauta mágica; todo fluye relajadamente desde una aparente ligereza, una amable jovialidad que lo impregna todo y que te deja con una sonrisa en los labios. Puede que no sea la flauta mágica canónica, ya lo dice el título, pero es una que gustó y mucho a los que asistimos al estreno en Barcelona.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO
Los protagonistas de la personal versión que Peter Brook realiza de La flauta mágica.
Los protagonistas de la personal versión que Peter Brook realiza de La flauta mágica.PASCAL VICTOR

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_