Un demócrata en calzoncillos

El congresista norteamericano Anthony Weiner ha dimitido. Dicen los expertos en política neoyorquina que estaba bien posicionado para ser el próximo alcalde de la ciudad, pero lamentablemente para su currículum personal y político Weiner no se ha hecho famoso por ello, sino por posar en calzoncillos. De joven promesa de la política local ha pasado a ser el hazmerreír de la prensa frívola y los programas nocturnos de televisión. Así que, presionado por su propio partido, el Demócrata, y muy especialmente por algunos de sus más poderosos miembros, como Nancy Pelosi y el mismísimo presidente Obama, Anthony Weiner, de 46 años, presentó el jueves su dimisión y ni siquiera su esposa le acompañó en tan mal trago, lo que en clave americana no se explica porque estuviera de viaje (de hecho, estaba de viaje), sino porque no quiso mostrarle el apoyo público que las esposas suelen brindar a sus casquivanos maridos cuando estos son pillados en falta.

El caso es que Weiner ni siquiera parece haber sido infiel a su mujer, embarazada de tres meses. En un país en el que es más fácil sufrir el escarnio público por mantener relaciones con una becaria que por desatar una guerra ilegal, Weiner ha tenido que arrojar la toalla por intercambiar fotos y mensajes eróticos con media docena de mujeres a través de las redes sociales. Son fotos del propio Weiner en calzoncillos más grotescas que eróticas que una web de extrema derecha amenazó con publicar, lo que puso contra las cuerdas al político; sobre todo cuando el Congreso empezó a investigar el intercambio de tales instantáneas con una quinceañera de Delaware.

Anthony Weiner, además de joven promesa de la política, era un miembro muy apreciado en el Congreso por su habilidad con el uso de las redes sociales para comunicarse con los electores, lo que evidencia que tras la modernidad de las tecnologías, el ser humano sigue siendo tan primario como siempre. De paso, su esposa, Huma Abedin, también se ha hecho tristemente famosa por este escándalo. Mano derecha de la secretaria de Estado Hillary Clinton, tenía un discreto perfil. Hasta ahora.