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Dimite el político que mandó fotos eróticas por Internet

Yolanda Monge

Dos conferencias de prensa y dos fracasos. La primera, hace una semana, para reconocer la autoría de las fotos que le han hecho caer en desgracia y en la que aseguró que no dimitiría. La segunda, ayer, para enterrar, de momento, su carrera política y comunicar el abandono de su escaño. A diferencia de otras comparecencias similares a esta, la esposa de Anthony Weiner no estuvo a su lado ejerciendo el papel de supuesta buena esposa. Dejó que el político anunciara solo su deshonrosa marcha.

"Pido disculpas a mis electores y, sobre todo, a mi mujer", aseguró Weiner en una breve rueda de prensa en Brooklyn, Nueva York, el distrito al que representaba en la Cámara de Representantes. En la sala en la que anunció su marcha del Capitolio, varios votantes interrumpieron su discurso en al menos dos ocasiones.

Si en un principio dijo que no renunciaría a su cargo, la presión ejercida por el Partido Demócrata, que considera lo que está sucediendo una distracción para la Cámara de Representantes en un momento delicado, ha forzado al joven político, de 46 años, a dejar el Congreso.

Fuentes cercanas al caso aseguran que Weiner habría esperado a tomar la decisión hasta que su mujer, Huma Abedin, mano derecha de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, regresase de un viaje oficial por Oriente Próximo y África. El brillante futuro que se auguraba para Weiner, con la vista puesta a corto plazo en la alcaldía de Nueva York, ha dejado paso a su ingreso en una clínica especializada para someterse a un tratamiento de adicción al sexo.

Todo comenzó cuando una web de extrema-derecha aseguró tener fotos íntimas y provocadoras del político que este había mandado a varias mujeres. En ese momento, Weiner denunció que su cuenta de Twitter había sido pirateada, aunque no negó la posibilidad de que las fotos fueran suyas. Una semana después, el congresista reconocía su culpa y pedía disculpas, pero aseguraba que no dimitiría.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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