El mundo como propuesta sonora
El festival de música electrónica Sónar, que comienza el jueves, trae artistas de 22 países de los cinco continentes - EE UU tendrá una inusitada presencia
La paradoja consiste en que, desde hace algún tiempo, parte de los sonidos electrónicos más innovadores vienen de la periferia occidental. Y puede que todo el asunto comenzara como moda con productores como Diplo e inventos tipo M.I.A o Buraka Som Sistema. Pero lo que antes se conocía como world music trasciende el nivel de género y se convierte en una suerte de tapiz en el que Internet configura un mapa sonoro de lo nuevo inabarcable. Países como Reino Unido o Alemania ya no son los únicos exportadores de melodías sintéticas. Y Sónar, el festival de música barcelonés (por segundo año se desdobla en las mismas fechas en A Coruña) que arranca el jueves, lo refleja mejor que nunca a través de un viaje en 155 actuaciones por los cinco continentes y 22 países.
- África. Aporta tres visiones distintas de su música de baile. En uno de sus extremos, los sudafricanos Die Antwoord, traen a Europa, casi en exclusiva, su provocador show en el que juegan a ser los peores macarras del extrarradio de Ciudad del Cabo. Este surrealista trío ha inventado un concepto estético llamado zef culture que -y lo que importa- tiene un sonido arrollador. "Se espera algo muy visual, de una fuerza estética y sonora provocadora. Han cogido la rave music más poligonera y la han convertido en un mensaje de extrarradio sudafricano", explica Enric Palau, codirector de Sónar. De Sudáfrica llegan también Jullian Gomes o Shangaan Electro, un estilo musical basado en melodías africanas y ritmos de 180 b.p.m que ha acabado constituyendo una banda de gira.
Y aunque no sean africanos (son portugueses), Buraka Som Sistema, que hará triplete (actúan en Barcelona, Galicia y Sónar Kids), volverá a España con su manifiesto sobre el kuduro, el ritmo de baile angoleño que ha conseguido -no es que sea para estar orgulloso- que su weke weke fuera uno de los politonos más descargados de la historia.
- Norteamérica. Este año, EE UU tiene más presencia que de costumbre. El país americano no posee una escena electrónica localizada ni definida estilísticamente. Los Ángeles, Chicago, Detroit, Miami... han sido focos de producción inconexa. Sónar se fija este año en el angelino Gaslamp Killer (de la cuadrilla de Flying Lotus) o en Janelle Monaé, fresca renovadora del soul mainstream. También estarán el talentoso Nicolas Jaar con su propuesta entre la electrónica y el jazz o el endiablado rapero, recientemente fichado por Eminem, Yella Wolf.
El sello TriAngle, estandarte de los nuevos sonidos oscuros emparentados con el witch house (aunque digan que se inspiran en Britney Spears y el hip-hop hortera) traerá a los How to dress well y oOoOO. "Es de Brooklyn, pero no tiene nada que ver con la escena de ese barrio neoyorquino", señala Palau refiriéndose al sonido rockero de los últimos años.
James Murphy (que acaba de desguazar su brillante proyecto de LCD Soundsystem) cerrará la noche del viernes con una sesión en la terraza de Sónar. Estarán también Tyondai Braxton, el genial exguitarra y cantante de Battles o el raro talento de Toro y Moi.
- Oceanía y Sudamérica. Su presencia es casi testimonial. Oceanía aporta el pop bailongo y gay friendly de los ya consarados Cut Copy. Mientras que el cono sur está representado por el DJ venezolano Pablo Sánchez, el chileno DJ Raff o Boogat, que acompaña al canadiense Poirier en una suerte de cumbia electrónica.
- Rusia brilla en Europa. Pese a todo, el Viejo Continente inunda el festival. "Es la obviedad, pero nos interesa mucho ir a latitudes no tan obvias. Este año Sónar Car permite viajar a la escena de Rusia con DZA y Mujuice, que viene de Moscú", señala Palau. El viaje tiene paradas en Italia (con Lucy, electrónica de baile muy oscura), Francia (con Agoria o Arandel) o Copenhague con el paisajismo nórdico de Trentemøller.
Pero Inglaterra vuelve a tener un gran peso específico. Como cabezas de cartel estarán Underworld, Dizzee Rascal, Magnetic Man, M.I.A o incluso Four Tet, que es ya uno de los artistas que cada año sientan las bases de la renovación del género. El productor y dj James Holden cerrará la noche del sábado. Pero quizá lo más interesante, como siempre, está en la segunda línea. Es decir Chris Cunningham (con un show visual espectacular), Shackleton, Pearson Sound aka Ramadanman o Benji B.
- El tsunami japonés. Ryuichi Sakamoto cerrará el festival el domingo con Alva Noto (capo del sello experimental Raster Noton). Pero además, Sónar (que posee sede en Tokio) se fijará en proyectos tan peculiares como el de Daisuke Tanabe o la propuesta de Daito Manabe, que ha configurado un software que permite que la música que compone lance ondas que le crean espasmos involuntarios en la cara mientras actúa. Open Reel Ensemble (una formación de cinco) actuará mezclando los sonidos de bobinas magnéticas con ordenadores.
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