El embargo llegó tarde para frenar la entrega de armas españolas a Gadafi
España vendió material militar al régimen libio por 11,2 millones en 2010
El pasado 25 de febrero, el Gobierno anunció que, ante la violencia ejercida por el régimen de Gadafi contra su población, había iniciado "el procedimiento de revocación de las dos únicas licencias de exportación de material de defensa a Libia actualmente en vigor". La nota difundida por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo especificaba que "estas licencias consistían en 1.000 gafas de visión nocturna y 301 accesorios por valor de 7.875.975 euros".
No parece, sin embargo, que la decisión tuviera demasiados efectos prácticos. El informe sobre exportaciones de material de defensa y doble uso remitido por el Gobierno al Parlamento, y adelantado ayer por la cadena SER, revela que en 2010 se vendieron a Libia gafas de visión nocturna por un total de 7.847.598 euros. Es decir, que a 31 de diciembre solo faltaban por ejecutar 28.377 euros; el 0,36% del contrato. Fuentes de Comercio indicaron ayer que "se canceló todo lo que estaba pendiente, fuera mucho o poco", y recordaron que la ONU y la UE no decretaron el embargo de armas a Libia hasta febrero de este año, por lo que todas las ventas anteriores resultaban legales.
Las gafas de visión nocturna no fueron el único producto militar que España vendió el año pasado al régimen de Gadafi, pues el importe total reflejado en las estadísticas oficiales suma 11.247.098 euros. La partida restante, 3,399 millones, corresponde a "actualización de motores de aeronaves". Aunque el documento no lo especifica, parece referirse al acuerdo para reparar seis motores de aviones de transporte militar Hércules del régimen libio al que llegó en 2009 la empresa española ITP. Lo sorprendente es que en los informes de 2009 y 2010 no aparece cuándo se autorizó esta operación y lo paradójico que los F-18 españoles patrullen ahora el cielo libio con la orden de evitar que vuelen sus aviones militares.
Por primera vez desde 2000, las ventas de material de defensa español cayeron el año pasado. En concreto, el 16,2% respecto a 2009, hasta sumar 1.128,3 millones. No obstante, es probable que vuelva a crecer este año, pues solo se llegó a ejecutar el 50,4% de lo autorizado y quedaron pendientes tres importantes operaciones con Brasil (nueve aviones por 480 millones), Noruega (una fragata por 400) y Australia (cuatro aviones cisterna por 305).
A continuación se exponen algunos de los aspectos más destacables del informe:
- Países árabes. Libia no fue el único país árabe afectado por la actual ola de revueltas populares que recibió en 2010 armamento español. Egipto compró material de defensa por 2,5 millones de euros; Argelia, por 3,1; Marruecos, por 2,5; Túnez, por 0,8; Jordania, 1,6; Arabia Saudí, 5,8; Omán, 3,2; y Bahrein, 40.690 euros. En total, más de 30 millones de euros.
- Venezuela y América Latina. El primer cliente de la industria militar española fue Venezuela, que compró dos buques de vigilancia litoral y munición sin carga por 212 millones. El régimen de Hugo Chávez fue también el mayor comprador de material antidisturbios, pues recibió artificios lacrimógenos por 1.622.453 euros. En conjunto, América Latina absorbió más del 35% de las exportaciones españolas de armamento. Tras Venezuela, México fue el segundo mejor cliente, con seis aviones de transporte por 132,7 millones. De su lado, Colombia compró un avión de apoyo logístico por 29,13 millones y Chile, otro de patrulla marítima por 24,13. Cuba adquirió munición y piezas de rifles por 44.924 euros.
- La OTAN y la UE. El 52,84% de las ventas de armas españolas se dirigieron a socios de la OTAN o la UE, como Alemania o Reino Unido, con los que se comparten programas como el caza EF-2000 o el avión de transporte A400M. Además, la República Checa compró cuatro aviones de transporte por 104,1 millones; y Portugal, dos por 43,9 millones.
- Israel. Al tratarse de un destino especialmente sensible, el informe es muy exhaustivo. Asegura que se vendieron 1,4 millones en componentes de pistolas deportivas; disparos para probar el funcionamiento de una torreta de blindado destinada al Ejército español; cuerpos de bombas inertes para pruebas; sistemas de lanzamiento de un misil del Ejército español también para pruebas; tarjetas electrónicas de procesado de imágenes destinadas a ser incorporadas a aeronaves de un país de la UE; y piezas de un satélite de comunicaciones.
- Doble uso. Las exportaciones de material de doble uso (civil y militar) se redujeron un 1,8% en 2010, hasta los 97,32 millones. El mejor cliente fue Irán, con 39,2 millones, el 40,3% del total. La mayor partida corresponde a tubos para una planta de fabricación de acero. El Gobierno alega que las sanciones impuestas a Irán por su programa nuclear obligan a aplicar la cláusula catch all o escoba, lo que supone someter a autorización productos que se exportan libremente a otros países. "Las operaciones autorizadas no implicaban riesgo alguno de desvío o utilización en programas de proliferación", asegura el informe. China es el segundo comprador de productos de doble uso, con 18 millones (18,5% del total).
- Denegaciones. En 2010 solo se denegó una exportación de material de defensa (un vehículo todoterreno para Guinea Conakry) y otra de armamento de caza (una partida de cartuchos para Guinea-Bissau). En cambio, hubo 19 denegaciones de productos de doble uso con destino a Siria (6 operaciones), Yemen (4) Pakistán (3), Sudán (2), Jordania (1). En todos los casos, salvo los de Irán, se trataba de productos químicos que podían ser desviados para fines bélicos o terroristas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.