La patronal fuerza la ruptura de la reforma de la negociación colectiva
UGT, CC OO y CEOE se reúnen hoy para certificar el abismo que media entre las partes - El Gobierno se ve obligado a hacer su propia norma de convenios
Más de cuatro meses de negociaciones, un plazo legal vencido y varios plazos informales se han revelado estériles para que sindicatos y empresarios pacten la reforma de convenios. Si no lo remedia un milagro, los líderes de ambas partes se reúnen a primera hora de hoy para certificar el abismo que se abre entre ellos y que no es posible llegar a un acuerdo. El lunes la patronal puso un texto sobre la mesa que suponía una vuelta atrás sobre varios de los acuerdos parciales alcanzados verbalmente. "Es una vuelta a las cavernas", los calificó un negociador sindical. Así que hoy los líderes de UGT (Cándido Méndez) y CC OO (Ignacio Fernández Toxo) pedirán al presidente de CEOE (Juan Rosell) que lo retire. Pero eso no entra en sus planes.
Ha faltado "un cuarto de hora" para el acuerdo, asegura Toxo
CEOE ha asumido el discurso más duro del empresariado madrileño
"No tenemos ningún cromo que cambiar. Son los sindicatos los que tendrán que ceder", señalan fuentes de la patronal acerca del encuentro de hoy. Pero la respuesta que encontrará en los sindicatos no anima a ser optimista. "Esto pinta mal", resumió ayer Toni Ferrer, número dos de UGT. "Con ese documento no hay posibilidad de negociar", advierte el portavoz de Comisiones Obreras, Fernando Lezcano.
Oficialmente ambas partes dicen acudir al encuentro para reconducir la situación. Pero tal y como están fijadas las posiciones en este punto, el pesimismo cundía ayer en todas las partes. "Es muy difícil. El asunto está enturbiado. No sé si se romperá mañana [por hoy] o pasado", decía un alto dirigente empresarial. "Pinta muy mal y está al borde de la ruptura", comentaba otro.
"Lo veo mal. Nosotros no nos queremos levantar de la mesa, pero así es difícil", explica un representante sindical.
Los ánimos sombríos llegaban ayer hasta el Ejecutivo. "CEOE ha endurecido su postura", constataba ayer el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, para quien eso era una "mala noticia". "Puede estar anunciando el fracaso final en la negociación", añadía Gómez, que ahora tendrá que redactar rápidamente un proyecto de ley de reforma de los convenios.
Este previsible fracaso no supone que el trabajo de cuatro meses se vaya a la basura. Así lo quiere CEOE. Fuentes de la patronal apuntan que Rosell ha estado en contacto con Méndez y Toxo para pactar pedirle al ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, que incorpore los avances conseguidos en materias como las mutuas y absentismo laboral. Se trata, según esas fuentes, de que no se vayan al traste acuerdos que ha costado conseguir y que, de no incorporarlos ahora, puede costar encontrar un entendimiento en el futuro.
Pero en los sindicatos no tienen tan claro que esto sea posible. "Si nos piden eso, nosotros pediremos que respeten sus compromisos en la negociación", anticipa un negociador sindical. Así que también en este punto parece difícil el pacto.
A comienzos de mes, el acuerdo parecía inminente. Una reunión en La Moncloa de los líderes de los agentes sociales con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, lo certificaba. Había que esperar a que pasara la campaña electoral y el pacto se firmaría. De hecho, el martes de la semana pasada, al término de una de las citas, sindicatos y patronal difundían una foto del encuentro que daba a entender que el pacto estaba cerca. "Incluso hablamos de llamar al ministro de Trabajo para pedirle una reunión y decirle que comenzara a redactar el proyecto de ley", explican fuentes sindicales.
Tan próximo parecía el acuerdo que el líder de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, declaró ayer que apenas había faltado "un cuarto de hora". Y de hecho, ambas partes habían quedado en que había llegado el momento de escribir el texto, el último paso, y de intercambiar redacciones.
Pero una parte considerable de CEOE no veía bien la marcha del proceso. Para unos faltaba concreción en las conversaciones; para otros, el previsible resultado final se atisbaba insatisfactorio. A la cabeza de esta oposición se puso desde el primer momento la patronal madrileña, CEIM, que la semana pasada no dudó en hacer público un documento en el que señalaba sus exigencias en esta ronda de negociaciones y endurecía las posiciones defendidas hasta el momento por CEOE.
El texto que remitió la patronal a los sindicatos el pasado lunes se inspiraba, en buena medida, en ese documento de la patronal madrileña. En ambos se recoge un tiempo de vigencia de seis meses para los convenios una vez expirado su plazo (ahora la vigencia es indefinida hasta que se renueva el convenio). Si pasado ese tiempo no hay solución pactada o arbitrada, el convenio decae y prevalece el del ámbito sectorial.
Esto suponía un paso atrás sobre lo hablado. Sindicatos y empresarios habían acordado fijar en los convenios plazos de negociación y vigencia, y que en caso de conflicto ambas partes acudieran a un mediador y a un arbitraje obligatorio. "Este pacto se pone en pie a partir de que la patronal dice que renuncia a acabar con la ultraactividad [prórroga indefinida y automática de los convenios]. A cambio nosotros establecíamos plazos de negociación y vías de solución al conflicto generado. No se trataba de que el convenio llegara a la arterioesclerosis", analizaba ayer un dirigente sindical.
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