La dimisión de Strauss-Kahn
Dominique Strauss-Kahn ha hecho lo correcto al anunciar su dimisión del puesto de director gerente del Fondo Monetario Internacional. De hecho, debió haber anunciado esta decisión mucho antes, porque el asunto en el que se encuentra implicado -sea cual sea su desenlace final- compromete su capacidad para ejercer ese cargo.
Lo que este episodio ha terminado por poner en cuestión es el método de elección y la legitimidad del responsable de una institución financiera de la que depende la situación económica de tantos países y la vida cotidiana de millones de personas. Aunque convenga pasar página cuanto antes sobre este caso, ya en manos de la justicia, no se puede entrar en la discusión de quién debe ser el sucesor de DSK como si no hubiera pasado nada: los ministros y las instituciones comunitarias se han apresurado a pedir que sea europeo. Otros aprovechan los hechos para exigir otro tipo de cuota, en este caso de género. Yo creo que su sustituto ha de ser como la mujer del César: "No solo ha ser honrada sino que debe parecerlo".
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