22-M. Y ahora, ¿qué hacemos?

Bueno, ya se han celebrado las elecciones, mi enhorabuena a los ganadores, y lo siento por los perdedores, pero... y ahora, ¿qué?, el simple cambio de políticos no arregla nada, aunque algunos piensen que determinados cambios generarán más confianza en la gente, y habrá más consumo e inversión. Yo lo dudo.

En estos momentos, el diferencial de la deuda española ha alcanzado su nivel máximo, la Bolsa sigue bajando, y en los mercados existe el temor de que los nuevos ocupantes de las autonomías o de los Ayuntamientos levanten las alfombras y se descubra la "basura" que hay debajo. Todo esto puede provocar que las medidas de ajuste del Gobierno no sirvan para salir de la crisis. Lo tenemos mal.

Los grandes bancos y las grandes empresas españolas están constantemente invirtiendo, pero no en España, sino en el resto del mundo. Los autónomos y las pymes siguen sin conseguir crédito para crear empresas y solo se ve un sector que pueda paliar algo la situación, el turismo, pero por desgracia no tiene la suficiente potencia para solucionar la crisis.

Solo existe una salida, un gran pacto de Estado entre los dos grandes partidos. Si no se consigue a nivel nacional, me gustaría que en algún Ayuntamiento o comunidad lo intentaran. Ese pacto llevaría consigo un impuesto a las grandes empresas y grandes fortunas, pero como de aquí saldría poco, es necesario que la media España que vive bien ayude a la otra media; hay que buscar la fórmula para que esta ayuda de hoy le sea devuelta mañana, pero no hay otro remedio. Si se hace, todos saldremos ganando. Si no, todos al final iremos a la ruina.- Pedro Morante Gutiérrez. Elche, Alicante.

Quisiera felicitar a Bildu por sus resultados electorales advirtiéndoles al mismo tiempo a todos los nacionalistas vascos que no lancen las campanas al vuelo. No será fácil conformar mayorías entre PNV y Bildu, ya que, en primer lugar, unos son de derechas y otros de izquierdas.

En segundo lugar, Bildu se compone de varios partidos entre los que sin duda surgirán tensiones y, en tercer lugar, la izquierda abertzale tradicional siempre se ha caracterizado por su nula capacidad negociadora debido a posiciones maximalistas de todo o nada. Quieren 10 y si les ofrecen cinco son capaces de rechazarlo y quedarse con cero, echando al PNV en brazos del PSOE o incluso del PP. Veremos si Bildu está a la altura de las circunstancias y muestra realismo político.- Aitor Garikoitz Villanueva. Täby, Suecia.

Tengo 18 años y no he votado. No me repugna la política ni sufro el mal de la llamada desafección. Sé que hay políticos corruptos pero también sé que los hay honestos y con ganas de trabajar por y para los ciudadanos. Y, sin embargo, no he votado.

No lo he hecho porque creo que tenemos que poder vivir sin necesidad de alguien que gestione nuestras vidas, porque creo en una sociedad de individuos libres donde nos rijamos por los valores más fundamentales. Y es que estos últimos días, asistiendo a la acampada de plaza de Cataluña, he comprobado que somos capaces de reunirnos, debatir y decidir por nosotros mismos sobre el futuro.

De momento solo quiero que alguien se dé cuenta de que en un rincón de la malvada abstención se esconde gente tan preocupada por este mundo como la que hoy ha votado.- Albert Sort., Barcelona