Portabella no admite el fracaso electoral
El concejal barcelonés se ve como posible sucesor de Puigcercós
No hay peor ciego que el no quiere ver. Jordi Portabella, líder de Unió per Barcelona (UpB), se ha puesto las gafas de leer en positivo para interpretar el batacazo electoral de domingo, que hizo perder a ERC dos de los cuatro concejales que tenía en el Ayuntamiento. Portabella reconoce que los resultados "no son buenos", pero piensa que ha salvado los muebles, tanto los suyos como los de Esquerra, ya que Barcelona es la única ciudad de más de 100.000 habitantes donde ERC ha podido mantener la representación. Con todo esto, Portabella no renuncia a optar a la presidencia del partido republicano, una decisión que se ha comprometido a tomar en el plazo de una semana.
El candidato de UpB considera "lógico" que se le pida la dimisión y, de hecho, admitió que hubiera abandonado en caso de haber obtenido estos resultados presentándose solo bajo las siglas de ERC. Portabella se ha reivindicado como artífice de la coalición formada junto con Reagrupament y Democràcia Catalana, y no considera responsable dejar en la estacada al equipo que tanto le ha costado aunar. Además, el concejal republicano aseguró que "la coalición ha sumado", dejando entrever que las siglas ERC en solitario hubieran obtenido un peor resultado en la capital catalana.
El dirigente de ERC destaca sus virtudes para seguir en el Ayuntamiento
Portabella no dimite, pero no tuvo problemas a la hora de criticar la actitud inmovilista del PSC y anima a su ejecutiva tomar una decisión y dimitir, tal como hizo el lunes la cúpula republicana. Portabella se enroca en su silla de concejal, igual que hizo el presidente de ERC, Joan Puigcercós, después de las últimas elecciones autonómicas, cuando perdió la mitad de los votos y tardó un mes en anunciar, presionado por todas partes, que no renovaría el cargo. Precisamente, Portabella se da un plazo de una semana para decidir si se presenta como sustituto de Puigcercós en el próximo congreso nacional. El concejal señaló que el futuro líder del partido no debe haber estado vinculado a los tripartitos de la Generalitat y pidió que el municipalismo gane más peso. "Los que han sobrevivido [al batacazo electoral] son los que tienen más posibilidades", añadió a la vez que dejaba ver una sonrisa picarona, sabedor de que él mismo encaja en este perfil.
Con todo, falta por saber si el resto del partido todavía mantiene a Portabella en la baraja de candidatos. El concejal barcelonés no ha obtenido los resultados esperados, ya que se proponía, como mínimo, conseguir cuatro ediles. Además, en opinión de un sector de la militancia forma parte del establishment y los cargos institucionalizados (hace 12 años que es regidor, ocho como parte del gobierno municipal), cosa que Puigcercós apuntó como una de las causas de la debacle de ERC. Por su parte, Portabella se afanó a destacar los elementos a su favor, como el hecho de ser el único concejal de ERC en una gran ciudad, y rechazó que se le incluya en el grupo de los que están aposentados "en la poltrona".
Pero con todas estas exigencias y condiciones deseables que se empiezan a apuntar para el nuevo líder del partido, además de Portabella también podrían quedar descartados Joan Ridao, secretario general en funciones, y Anna Simó, portavoz de ERC en el Parlament. En cambio, gana varios enteros Oriol Junqueras, eurodiputado y concejal de Sant Vicenç dels Horts (Baix Llobregat), que ha conseguido sumar dos concejales a los cuatro que ya tenía.
Los nuevos mandos del partido se conocerán el 17 de septiembre y el congreso nacional se celebrará el 1 de octubre.
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