La política más pobre triunfa en Salt

La llegada masiva de inmigrantes a Salt durante la última década sembró el terreno, abonado por la crisis económica de los últimos años. El riego lo puso el último mandato, marcado por los problemas de convivencia entre autóctonos y foráneos, alentados por una combativa minoría de exaltados. Y la planta ha nacido tras una campaña marcada por los rumores, las mentiras y las acusaciones entre partidos. El hijo de la discordia se llama Plataforma per Catalunya (PxC), partido xenófobo que ha conseguido tres concejales en la localidad, donde se presentaba por primera vez a unas municipales.

El 27 de febrero de 2010 un grupo de ciudadanos irrumpió en el Consistorio para exigir más seguridad y provocó la suspensión del pleno. Fue la primera piedra del triunfo del discurso antiinmigración, según Iolanda Pineda (PSC), alcaldesa de Salt y perdedora de los comicios frente a CiU. "Ese día se vio que se había perdido el miedo a mostrarse abiertamente racista", afirma Pineda. Cuando en enero pasado murió un joven magrebí mientras era perseguido por la policía, la mecha ya había prendido. Y el asesinato de un joven de la localidad, Óscar Cruz, mostró el precario equilibrio de Salt. Lo que debía ser un minuto de silencio desembocó en gritos e insultos contra la alcaldesa.

A la ola de PxC la izquierda no ha sabido ponerle barreras, según Lluís Orriols, politólogo e investigador de la Universidad de Girona. "Los inmigrantes, en un contexto de crisis, entran en directa competencia con la clase trabajadora, sobre todo por los salarios y la vivienda", explica. Muchos votantes de PxC han sido votantes socialistas que ahora están disgustados. Esta interpretación coincide con la que hace Pineda, que está convencida de que los tres concejales que ha perdido el PSC han ido directos a PxC.

Las entidades sociales de la localidad muestran su preocupación por el ascenso de la xenofobia. "Hace más de dos años que lo decimos. La gente lo que quiere es trabajar", afirma Montserrat Manen, directora de Cáritas. "La crisis siempre afecta a los que están en una situación más difícil. Cada vez hay más autóctonos en situación de marginalidad".

La guinda del cóctel la ha puesto la campaña electoral, intoxicada desde algunos sectores con mentiras y rumores infundados. Como muestra, una entrevista manipulada en una web para hacer creer que la comunidad musulmana planea construir una gran mezquita en Salt. PxC niega toda responsabilidad, aunque la formación recogió firmas en campaña contra el centro de culto.

La responsabilidad de frenar al PxC desde las instituciones recae ahora en CiU, vencedor en los comicios con nueve ediles, frente a los seis del PSC. Jaume Torramadé, futuro alcalde, no ha rechazado en la campaña ni tras conocer los resultados pactar con PxC. Pero un aviso llegado ayer desde el cuartel general de los nacionalistas puede cambiar las cosas: Duran Lleida avisó de que CiU no pactará con PxC en ningún municipio.