Mapa de museos después del 22-M

En el programa electoral del PP madrileño hay contenedores (azules) para reciclar papel; contenedores de mercancías en la estación de tren de Abroñigal; y contenedores culturales, la denominación posmoderna para un museo que desborda su función como pared con objetos clavados para su contemplación.

En gran medida, la personalidad de esta ciudad viene definida por el hecho de albergar un puñado de instituciones estratosféricas (Prado, Thyssen, Reina Sofía). No faltan, además, centros más modestos en ambición y proyección, que en periodo electoral son sencillos de prometer y aún más de descuidar a posteriori. Y, por último, están esos grandes contenedores de los que hablábamos, alrededor de los cuales se articulan las principales propuestas del PP y el PSM para las elecciones del próximo 22 de mayo.

A vuelapluma, los populares apuestan por reforzar -sin demasiado sobresalto en cuanto a anuncios se refiere- las líneas de trabajo de la anterior legislatura. Los socialistas, en cambio, creen que hay varios museos que hay que "poner al día", y ambicionan además dos nuevos centros de cierta envergadura.

- Los niños mimados. Son principalmente, dos: el Conde Duque y el Matadero. El PP presume de haber ampliado y remodelado el primero (el 60% del dinero lo puso el Plan E). Ahora toca llenar de contenido sus 58.000 flamantes metros cuadrados, y dotarlo de un plan de uso y gestión. Promete poner en funcionamiento la Biblioteca Digital y el Centro de las Artes del Libro (que emanará de la Imprenta Artesanal). El PSOE quiere colocar allí un Centro de la Tradición Teatral, un Centro de la Memoria de la Danza, un Centro de Patrimonio Audiovisual y un Centro de la Memoria. Respecto al Matadero, el PP quiere derramar su actividad por Madrid Río: promete sacarle el máximo rendimiento a la Cineteca, las Naves del Español y la Nave 16; y poner en marcha la Casa del Lector y las Naves 8, 9 y 15.

- Cultura en Cibeles. El PP presume de nueva sede municipal en el Palacio de Cibeles, y le busca usos adicionales. Entre sus muros, Centrocentro será un punto de atención para vecinos y viajeros y un corazón cultural (exposiciones, instalaciones, música, talleres, debates, proyecciones) que irradie sobre el paseo de las Artes (la Castellana museística). A sus pies, en el clausurado paso subterráneo de la plaza de Cibeles, un centro de interpretación del transporte público. El PSM desea devolver la sede municipal a la Casa de la Villa (que el PP quiere museizar) y en Cibeles plantar un Museo de Ciencia y Tecnología.

- Clase media con posibles. Los socialistas pretenden juntar en uno -aunque aún no saben dónde- el Museo de Historia, el de los Orígenes y el de la Ciudad. El primero, en la calle de Fuencarral, lleva cerrado varios años por obras de remodelación. Y los restantes se han quedado obsoletos, afirma la responsable socialista de cultura, Ana García d'Atri. Los populares, por su parte, proyectan abrir las exposiciones permanentes del Museo de Historia, el de los Orígenes y de Arte Contemporáneo. Los socialistas prometen un Museo del Niño -sin ubicación aún- y coinciden con los populares en un teatro para niños (ya en construcción en el complejo Daoíz y Velarde). Quieren, además, un museo al aire libre de las terrazas del Manzanares. Los populares, abrir la Casa de Cisneros, Muralla Árabe y las Grutas de Felipe II. Unos y otros coinciden en cualquier caso en un objetivo: modernizar el Planetario.

- El tercero en discordia. IU es menos prolija en proyectos, y en muchas de sus propuestas baila al son de otra música: quiere un Centro de la Música Popular en la estación de Príncipe Pío; cinco nuevos espacios escénicos en Vista Alegre, Vallecas, Usera, Ventilla y Campamento; y dos focos culturales de nuevo cuño: Artesur, también en Vallecas, y el frontón Beti Jai (que también incluiría usos deportivos y de ocio).