"No veo motivo para impedir que un trasplantado cuente su historia"
Fernando Cosío (Oviedo, 1950) se encuentra al frente del programa de trasplante renal de la clínica Mayo, el que más riñones de vivo trasplanta en Estados Unidos. El 80% de sus intervenciones son de este tipo. Dobla así el 40% de media de EE UU y supera con mucho el 11% de España, que previsiblemente aumentará toda vez que se ha abierto la puerta al trasplante cruzado y en cadena para aumentar la cantidad de órganos disponibles y evitar la espera de los enfermos renales en diálisis.
Pregunta. ¿Cuántos de sus enfermos consiguen esquivar la diálisis gracias al trasplante de vivo?
Respuesta. El 40% de los pacientes que trasplantamos nunca han visto la unidad de diálisis. A finales de los noventa aumentaron mucho, pero en la clínica Mayo el primer trasplante de vivo fue en 1963. El donante aún está vivo; el receptor murió en un accidente hace unos tres años.
"El buen samaritano suele ser joven, religioso y tuvo un caso en la familia"
"El donante mejora su calidad de vida al normalizar la de su cónyuge"
P. ¿Por qué hay tanta donación de vivo en EE UU?
R. Creo que es algo cultural. La gente, cuando nos visita, viene ya con la idea de que va a ser la mujer, el marido u algún otro voluntario el que va a donar. Y creo que ustedes, los medios, tienen un papel muy importante. Las historias que se cuentan son humanamente increíbles.
P. ¿Los donantes también tienen beneficios?
R. Claro, son conscientes de que su calidad de vida también va a mejorar mucho. Si mi esposa está en diálisis y consigo sacarla, y en vez de ir a diálisis nos vamos de vacaciones o simplemente a pasear, pues a mí también me mejora la vida enormemente. Con lo cual, después de la intervención los donantes dicen que su vida también ha mejorado. Y también está la satisfacción moral.
P. Luego está el buen samaritano, el que aparentemente no obtiene beneficios. ¿Cuántos trasplantes altruistas realizan al año?
R. La reacción inmediata de todos es pensar: ¿cómo puede ser alguien tan generoso? Les examinamos muy cuidadosamente para estar seguros de su altruismo y casi todos pasan las pruebas. Lo cierto es que la generosidad de la gente es algo increíble. Generalmente son gente joven, muy religiosa, muy generosa, implicada en actos de caridad y con una historia de alguien en su familia que murió por enfermedad renal y por el que no pudieron hacer nada. Sintieron que no realizaron lo que querían y quieren dar.
P. ¿Cuántos donantes altruistas han tenido ustedes?
R. El año pasado, 10. Antes, el donante altruista siempre se lo adjudicábamos a alguien de la lista de espera. Ahora, cada vez que tenemos uno, iniciamos una cadena y se lo explicamos muy bien: usted no solo va a beneficiar a una persona, sino a muchas.
P. Con tantas personas implicadas, ¿cómo salvaguardan la confidencialidad de receptores y donantes?
R. La confidencialidad es fundamental y era completamente estricta. Pero si tienes cinco o cuatro trasplantes es muy difícil. Es curioso, porque la mayoría de ellos acaban conociéndose por sí mismos. Aunque nosotros lo tratamos de evitar y por nuestra parte, como médicos, la confidencialidad es estricta.
P. ¿Cree que debería evitarse su aparición en los medios?
R. No encuentro ningún motivo para impedirles que expliquen sus historias. Darlas a conocer también acaba beneficiando a otros enfermos. A no ser que seas el donante y no quieras que nadie sepa que has donado.
P. ¿Sus donantes altruistas se han dado a conocer?
R. Generalmente, el donante altruista quiere mantener la confidencialidad a toda costa. De hecho, ninguno de los nuestros ha querido darse a conocer. Es la prueba auténtica de su generosidad, de que no buscan nada, ni tan siquiera el reconocimiento público. Muchas veces no quieren ni que su familia lo sepa. Es la prueba de fuego del altruismo.
P. ¿Cuál es la clave para conseguir una larga cadena?
R. En la clínica Mayo tenemos tres centros, uno en Rochester, uno en Arizona y otro en Florida. Eso nos da ventajas a la hora de conseguir trasplantes cruzados y cadenas porque tenemos muchos pacientes y aumenta la posibilidad de encajar individuos compatibles. Solo en nuestra clínica hacemos 600 trasplantes. Pero también es muy importante la gestión informática, contar con sofisticados programas para manejar los datos. Solo así podemos cruzar parejas con las que también procuramos generar cadenas.
P. ¿Su cadena más larga?
R. Siete parejas, pero habitualmente las hacemos de cuatro. También depende de los quirófanos.
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