Libia anuncia que la OTAN ha matado al hijo menor y a tres nietos de Gadafi
Un portavoz afirma que el dictador estaba en la casa atacada y salió ileso
El líder libio Muamar el Gadafi sobrevivió anoche a un ataque aéreo de la OTAN que mató al más joven de sus hijos, Saif el Arab, y a tres de sus nietos, anunció esta madrugada el portavoz del Gobierno libio, Musa Ibrahim. "Se ha tratado de una operación destinada directamente a asesinar al dirigente de este país", añadió.
Saif el Arab Gadafi, sexto de los hijos del dictador, era un "civil" que había cursado estudios en Alemania, según el portavoz. Tenía 29 años. Funcionarios del régimen llevaron a algunos periodistas a la casa, que fue alcanzada por al menos tres misiles, informa Reuters. El techo estaba hundido por completo y dejaba al descubierto numerosos hierros retorcidos y placas de refuerzo de acero entre bloques de hormigón. No hay constancia de que vieran también restos de las víctimas. De madrugada, la OTAN no había confirmado el ataque ni sus consecuencias.
Bengasi, feudo de los rebeldes, acoge la noticia con muestras de alegría
"La casa de Saif el Arab Muamar Gadafi, el más joven de los hijos del Guía [de la revolución libia, Muamar el Gadafi], ha sido atacada con potentes medios. El Guía y su esposa estaban en la casa con amigos y próximos. (...) El Guía está bien, no ha resultado herido. Su esposa se encuentra también ilesa, pero otras personas no", declaró Ibrahim en conferencia de prensa.
Musa Ibrahim también acompañó a la prensa al supuesto lugar de los hechos. A la vista de la amplitud de la destrucción, parecía poco probable que pudiera haber habido supervivientes, subraya la agencia France Presse. "Parece mentira que alguien pudiera sobrevivir en el vecindario. La casa está absolutamente devastada, con un gran cráter", afirmó un reportero de la CNN que visitó la casa bombardeada.
En Bengasi, feudo de los rebeldes, el anuncio del Gobierno de Trípoli fue acogido con tiros al aire y fuegos artificiales en señal de júbilo. No obstante, un portavoz de la oposición puso en duda la veracidad de las informaciones facilitadas en Trípoli.
En abril de 2007, Saif el Arab Gadafi protagonizó un incidente en Alemania al amenazar y golpear al portero de una discoteca que quiso expulsarle cuando su acompañante comenzó a desvestirse en la pista de baile. El Arab amenazó con arrojar ácido a la cara y luego la emprendió a golpes con un vigilante de 19 años, con el resultado de un corte en la cabeza de Saif y unas magulladuras en el cuerpo del portero. No hubo denuncia y la fiscalía ignoró un incidente en el que "ambos recibieron heridas similares y poco graves". La Embajada de Libia en Berlín había echado más leña al fuego en enero de ese año, con una solicitud al Ministerio de Exteriores alemán para incluir al hijo de Gadafi en el cuerpo diplomático libio acreditado en la capital alemana.
Horas antes del ataque de anoche a Trípoli, Gadafi había propuesto un alto el fuego en una alocución televisada de 80 minutos de duración, realizada mientras la OTAN bombardeaba tres edificios cercanos al que acogía al dictador en aquellos momentos.
Dirigentes políticos estadounidenses pidieron el pasado fin de semana que se acabara con la vida del dictador, aunque la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU -que permitió la creación de una zona de exclusión aérea sobre Libia para proteger a la población civil-, no autoriza a matar a Gadafi. Rusia y China, miembros permanentes del Consejo de Seguridad, se han opuesto abiertamente a la persecución personal de Gadafi y a las operaciones militares de la Alianza Atlántica más allá de la zona de exclusión.
Con el ataque de anoche, a Gadafi le va a resultar cada vez más difícil seguir al mando de las operaciones y en contacto con el resto de dirigentes del régimen y sus familiares. La adaptación de Gadafi a la cambiante situación bélica augura una larga guerra.
Guerra que el coronel había intentado detener con su oferta de alto el fuego en la madrugada del sábado. "Los libios no debemos luchar entre nosotros", dijo. Los insurgentes y la OTAN no tardaron en rechazar el ofrecimiento. "Gadafi ha perdido toda credibilidad. El tiempo para el compromiso ha pasado", declaró ayer Abdelhafiz Ghoga, vicepresidente del Consejo Nacional, el Gobierno de los alzados. "Necesitamos hechos, no palabras", coincidió un portavoz de la OTAN.
Después de su alocución en Bab el Azizia, ciudad al sur de Trípoli, jefes tribales declararon su fidelidad al líder de la Yamahiriya -Libia, el Estado de las masas-, anunciaron su intento de hacerse cargo de la situación en Misrata y apremiaron a los insurrectos a deponer las armas.
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