Una campaña con el paro de banda sonora
El desempleo, relegado en 2007 a un segundo plano, vuelve a los mítines
En las elecciones de hace cuatro años la vivienda era una de las propuestas estrellas de todo candidato. Hoy sigue habiendo muchos catalanes en busca de hogar propio, pero el problema no es que no puedan acceder a él por su elevado precio, sino porque no tienen una nómina con la que intentar pagarlo. En 2007, cuando los actuales alcaldes pelearon por su silla, Cataluña tenía una tasa de paro del 6,8%. La principal preocupación de los ciudadanos, según las encuestas del CIS, era la vivienda. Hoy el desempleo bordea el 18% de la población activa. En muchas comarcas el número de parados se ha doblado o incluso triplicado.
El paro es, según diversas encuestas, la principal preocupación de los catalanes, seguido de la marcha de la economía. No es extraño. En el Vallès Occidental, con una población en edad de trabajar (entre los 16 y los 65 años) de más de 600.000 personas, en marzo del 2007 había cerca de 34.200 personas buscando un empleo. El pasado mes, una legislatura después, hay 79.600 personas desempleadas. El número de personas en busca de trabajo ha crecido un 130%. En el Vallès Oriental ha aumentado un 150%. También en el Baix Llobregat, con 66.900 personas desempleadas, la situación es muy parecida.
Las promesas electorales no se traducen en propuestas concretas
Las políticas de empleo de calado dependen de la Generalitat
En muchas comarcas el paro se ha duplicado e incluso triplicado
El desempleo es la principal preocupación de los catalanes
Y el paro azota con fuerza no solo en las zonas tradicionalmente industriales, donde el cierre de fábricas ha hecho mella en las economías. La Val d'Aran, donde el sector servicios es predominante, ha pasado de tener 95 demandantes de empleo a acumular 429. Un grupo elevado, teniendo en cuenta que la población en edad de trabajar es de unas 7.600 personas. En el Baix Empordà, habitual nicho de empleo turístico, hay un 177% más desempleados.
No es de extrañar que con este panorama el desempleo, relegado a un segundo plano en la pasada campaña municipal, en pleno boom económico, haya vuelto ahora a los carteles electorales. El alcalde de Igualada, Jordi Aymamí (PSC), dejó clara la semana pasada la máxima de su campaña. "Los alcaldes tenemos dos líneas rojas que no estamos dispuestos a cruzar: la calidad de los servicios y el mantenimiento de los puestos de trabajo". También Xavier Trias (CiU), candidato a la alcaldía de Barcelona, señaló que, si gana, "la lucha contra el paro en la ciudad será la prioridad número uno". El problema es que las promesas electorales no cuajan en demasiadas propuestas concretas, al margen de promesas de construcción de vivienda protegida que genere empleo o ideas para emprender, porque las políticas de empleo de calado (las que tienen dotación económica, como la formación destinada a parados) dependen principalmente de la Generalitat y de su Departamento de Empresa y Empleo. Durante el anterior Gobierno, la consejera Mar Serna impulsó varios programas de colaboración municipal; por ejemplo, una de coordinación con las oficinas del Ayuntamiento de Barcelona Activa. De momento, sin embargo, el nuevo consejero, Francesc Xavier Mena, no ha puesto sobre la mesa propuestas de colaboración concretas. De hecho, los cursos para desempleados (que los parados están obligados a realizar si no encuentran trabajo) llevan congelados desde enero y es probable que no haya oferta formativa hasta después del verano.
La falta de propuestas concretas no evita que el paro sea utilizado como arma política esta campaña. Hace unos días el candidato de CiU a la alcaldía de Barcelona, Xavier Trias, echó en cara al actual alcalde, Jordi Hereu (PSC), que su gestión del desempleo en la ciudad ha sido pésima, porque las cifras siguen creciendo. Hereu contestó con más cifras: "Si yo soy un alcalde malo para el paro de Barcelona, ¿mis compañeros de Lloret, Vic, Figueres o Sant Cugat también son malos alcaldes?".
Barcelona, gobernada por el PSC, tiene en la actualidad 109.153 parados, la mayor acumulación, pero es también el municipio más grande. Le siguen en tamaño y en desempleados L'Hospitalet de Llobregat (PSC, 22.991 parados) y Sabadell (PSC, 19.388). Sin embargo, si se atiende al crecimiento del número de personas que buscan empleo durante la última legislatura, es decir, desde marzo de 2007, se desdibujan los colores políticos del desempleo y el aumento del 106% de Barcelona no es tan llamativo como el 218% de Figueres (CiU), el 218% de Lleida (PSC), el 138% de Tarragona (PSC), el 155% de Girona (PSC) o el 128% de Sant Cugat (CiU).
A la alcaldesa de Sant Cugat, Mercè Conesa, no le hizo ninguna gracia que Hereu usara su municipio como ejemplo de que CiU tampoco tiene ganada la partida del paro. "Sant Cugat está al nivel de Alemania", se defendió. En campaña, con el paro no se juega.
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