Un hombre quema y roba en la cripta de la Sagrada Familia
El detenido llevaba mecheros, una campana de cobre y las llaves de las huchas de las limosnas de la parroquia
El ascensor bajaba. Al salir, una de las trabajadoras que viajaba en él percibió un humo blanquecino y olor a quemado. "Fuego en la cripta", le advirtieron dos turistas. La Sagrada Familia, una monumental basílica de 4.500 metros cuadrados y con capacidad para 8.000 personas, el mayor reclamo de la ciudad de Barcelona y uno de los tres monumentos más visitados de España, junto con la Alhambra y el Museo del Prado, estaba ardiendo. La mujer avisó al resto de compañeros por los walkies y el teléfono. Bomberos, Mossos d'Esquadra y Sistema de Emergencias Médicas corrían ya hacia el edificio. Eran las 10.30 horas.
En el otro extremo, un trabajador caminaba por la fachada de la Gloria cuando le sorprendió la humareda. "Pensé que era el sol entrando por las ventanas". Luego se le ocurrió que fuese incienso, algo que nadie quema en la Sagrada Familia. ¿Yeso de los trabajadores de las inacabables obras? Fuego, le alertaron los compañeros.
Bajo el templo, en la cripta, un grupo reducido de turistas y tres trabajadoras de la limpieza retenían a José L. S., de 65 años, que cargaba mecheros en los bolsillos.Fuera, en las taquillas, otro de los empleados del centro no comprendía por qué se cerraban las puertas. "Hay cola de visitantes", reprochaba. Hasta que vio el humo, que olía a productos químicos, según otro trabajador.
El culpable lo originó presuntamente prendiendo fuego a las casullas que se guardaban en la sacristía de la cripta. El recinto sirve de parroquia a los creyentes del barrio de la Sagrada Família. Allí no hace falta entrada (que cuesta como mínimo 12,50 euros) ni llaves para acceder.
El hombre iba pertrechado con todo lo que necesitaba: dos mecheros, un pulverizador de aceite, papeles y pañuelos. Y algo más, que presuntamente se llevó luego: una pequeña campana de cobre y plata y cinco juegos de llaves de las huchas de las limosnas. El grupo que visitaba en ese momento la cripta vio cómo salía de la sacristía, de unos 10 metros cuadrados. Tras él, un incipiente olor a quemado.
El hombre trató de huir, pero los visitantes y tres trabajadoras de la limpieza le retuvieron hasta que llegó la policía. El sospechoso acudía con frecuencia a los servicios sociales de la parroquia, según contó una portavoz del templo. La policía asegura que tenía un discurso incoherente e inconexo. El sacerdote Lluís Bonet, responsable de la parroquia, aseguró que no le conocía. "Hay que intentar minimizar lo ocurrido y seguir adelante", añadió.
El arrebato incendiario del detenido, que lo negó todo ante la policía, obligó desalojar a unas 1.500 personas que visitaban la Sagrada Familia, templo de culto, más aún en Semana Santa. "Se hizo con calma, aunque a mí se me aceleró un poco el corazón", relató una empleada, que, como los demás, no dio su nombre. El vasto edificio obligó a los bomberos a rastrear con cuidado cada recoveco.
"La gente no era consciente de lo que estaba pasando", opinó Thisby Fenora, de 30 años, que junto a su novio, había intentando entrar en el templo. "Estábamos pidiendo información en la taquilla cuando empezó a salir humo", explicó la mujer en la cola del bus turístico, que se convirtió en una alternativa.
Los bomberos tardaron 45 minutos en extinguir el fuego. La primera preocupación fueron los heridos. Cuatro obreros se quedaron atrapados en un ascensor de carga. Tuvieron que ser trasladados a los hospitales de Sant Pau y de Dos de Mayo por inhalación leve de humo. Después, la prioridad consistía en salvaguardar las vidrieras del arquitecto Antoni Gaudí de la cripta. "Han salvado todo el patrimonio" del arquitecto catalán, respiró aliviado el presidente del patronato de la Sagrada Familia, Joan Rigol. Ardieron los muebles, casullas, altillo y la instalación eléctrica de la sacristía, pero no afectó a la estructura del edificio. Los bomberos tuvieron que usar extractores para ventilar la cripta, que no estará operativa en cinco o seis días.
A las 16.40 la Sagrada Familia reabrió. El templo todavía olía a chamuscado, pero estaba sano y salvo. Rigol aseguró que el patronato estudiará mejorar la seguridad, que consta de 69 cámaras, vigilancia privada 24 horas y más de 200 trabajadores.
Pero este no fue el único incendio del día en la ciudad. La parada de Universitat de la L2 del metro tuvo que ser cerrada poco antes de las tres de la tarde, cuando se declaró un fuego en un pozo de ventilación, informa Camilo S. Baquero. El servicio se reestableció a las seis. El incidente no ocasionó heridos, según TMB.
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