El peso de las tradiciones
Alberto Gorritiberea retrata en 'Arriya' la superación de lo impuesto
A Alberto Gorritiberea (Vitoria, 1970), se le atragantó el guión de Arriya (piedra en euskera), su último trabajo, durante 10 años. La película que él considera su ópera prima, aunque en 2007 estrenase Eutsi!, se convirtió en su piedra particular, la misma que ata y arrastra a los protagonistas del filme. La película rodada en euskera, castellano y francés, está ambienta en un pueblo vasco limítrofe con Francia y en la última edición del Festival de Cine de Málaga, que terminó el pasado 2 de abril, ganó cinco premios, entre ellos, el de Mejor Ópera Prima, concedido por la Asociación de Escritores Cinematográficos de Andalucía.
"El trabajo surge en Madrid, en un bar de churros de esos que echo tanto de menos, de esos en los que metes la cucharilla y se desborda el café", arranca el cineasta en una terraza del puerto deportivo de Zumaia. Gorritiberea decidió marcharse a la capital para hacer un máster en dirección. Eso vino después de ser, con 18 años, representante de vinos y cervezas, tener un restaurante y a los 26, decidir, que quería dedicarse al cine. "Fue una época en la estaba metido en la vorágine de trabajar en el mundo audiovisual en Madrid. Venía poco por aquí, fue un periodo de desconexión bastante grande", recuerda el director de Arriya.
"Quería exponer una serie de sentimientos más que una historia"
Una mirada en la distancia "sobre el pueblo que le vio nacer" y una foto suya de pequeño, de cuando estaba en un grupo de danzas vascas, fueron dando forma a la idea. En aquella instantánea se ve a Gorritiberea de niño, "corriendo, tirando de una niña, mientras la profesora salía a cazarnos y no sabíamos a donde íbamos. Pensé, ahí hay una historia, aquella distancia me marcó y pensé que necesitaba contar algo, mirar hacia atrás y exponer una serie de sentimientos más que una historia en sí", explica.
La película destila impotencia. La imposibilidad o dificultad de luchar contra la tradición, la costumbre, por lo que viene impuesto, por lo que se traspasa de padres a hijos. Arriya gira en torno a tres personajes: María, interpretada por Begoña Maestre (premio a Mejor Actriz Secundaria en Málaga), Peru, encarnado por Iban Garate, y Jone, en la piel de Sara Casanovas. Una vieja apuesta en la que de una u otra forma participan las familias de los tres jóvenes condiciona su relación.
"Ha sido una película muy complicada para todo el equipo técnico. Por ejemplo, después de rodar la película durante el verano, en invierno regresamos a todas las localizaciones para grabar los wildtracks sin el ruido de ningún pájaro. Sutilezas que nos arrastran a un mundo áspero, duro, que remiten a esa piedra, a ese pasado pero también a un futuro esperanzador", puntualiza el director. Gorritiberea, como aclara, con su particular piedra ya superada, siente "una libertad increíble. Era un paso que tenía que dar y una vez hecho me he quedado muy ancho", concluye.
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