_
_
_
_
Reportaje:

Abril dorado para el cine vasco

Varios festivales reconocen el trabajo de seis producciones de Euskadi - Joxean Fernández: "No es fruto del azar la calidad que se está premiando"

Abril arrancó con un puñado de buenas noticias para el cine vasco. El Festival de Málaga reconocía con cuatro premios Arriya, de Alberto Gorritiberea, a los que se sumaba el galardón a la Mejor Opera Prima, otorgado por la Asociación de Escritores Cinematográficos de Andalucía. Nantes reservó cuatro de sus seis premios a producciones vascas y en México, los certámenes de la UNAM y Guadalajara, reconocieron, respectivamente, Aita, de José María de Orbe, y el trabajo de la actriz Itziar Aizpuru en 80 egunean. "Puede que sea una casualidad en cuanto al tiempo, pero no creo que se deba al azar la calidad que se está premiando", asegura Joxean Fernández, director de la Filmoteca Vasca, para explicar el momento dulce por el que atraviesa el cine con label vasco."Tenemos y podemos presumir de cine y la verdad es que los hechos y los premios nos van dando la razón", continúa Fernández.

El director de la Filmoteca Vasca destaca la pluralidad de cineastas
Más información
El peso de las tradiciones

El panorama del cine vasco actual lo dibujan tres generaciones de creadores con un estilo personalísimo, no unitario y diversidad de géneros en función del cineasta en cuestión. Montxo Armendáriz, uno de los referentes de la década de los 80, presentará su último trabajo, No tengas miedo, a finales de mes. Enrique Urbizu también estrenará No habrá paz para los malvados a lo largo del año, miembro junto a Álex de la Iglesia, Juanma Bajo Ulloa y Julio Medem, entre otros, de la generación de cineastas vascos de los 90. Junto a ellos comienzan a hacer ruido nuevos nombres, como Jon Garaño y José María Goenaga, autores de 80 egunean, o Borja Cobeaga que se hizo con el Premio del Público del Festival de Nantes por su segundo largo, No controles, tras haber competido en el mismo encuentro, un año antes, con su Pagafantas, a la mejor Ópera Prima.

Fernández advierte sobre el peligro de caer en generalidades entre los diversos trabajos y subraya la importancia del programa de cortometrajes Kimuak, impulsado por la Filmoteca y el Gobierno vasco, "[el proyecto] ha creado en los últimos años una auténtica cantera de profesionales y de directores de cine", apunta. Casilda de Miguel, profesora de cine en la UPV, y autora junto a José Ángel Rebolledo y Flora Marín del estudio Ilusión y realidad: la aventura del cine vasco en los años 80, añade además la formación de los creadores.

La profesora también hace hincapié en la pluralidad como clave identitaria, sobre todo, si se contraponen las creaciones firmadas en las dos últimas décadas con las de los años 70 y 80, impregnadas por "un espíritu crítico". "El cine estaba en deuda con la situación sociopolítica y abordaba, con cierta insistencia, lo que llamamos el hecho diferencial vasco", aclara De Miguel. Una época que abre Ama Lur, firmada en 1968 por Fernando Larruquert y Néstor Basterretxea.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

La pluralidad a la que hacen referencia Fernández y De Miguel, además, lleva pareja la globalidad. "La realidad sociocultural del último decenio es muy distinta, como también lo son las experiencias de vida, la formación, los referentes de buena parte de estos directores que nacieron en la segunda mitad de los años 70, y todo esto, lógicamente, se refleja en las películas que hacen", continua la profesora.

De ahí que aparte de "un lugar geográfico y una cierta cultura compartida", al director de la Filmoteca Vasca le cueste encontrar otras conexiones entre los diversos cineastas y sus correspondientes generaciones. "Muchos de los directores jóvenes tendrán como referente Tasio [de Arméndariz] o las primeras películas de Imanol Uribe", reflexiona Fernández. El responsable de la Filmoteca Vasca concluye con una idea: "Estos premios confirman que lo que hacemos aquí funciona con los de aquí, pero también con los de fuera. Si no fuera así estaríamos equivocados. Una lección que tienen bien aprendida los cineastas vascos".

Borja Cobeaga (derecha) durante el rodaje de su última película <i>No controles</i>, en Bilbao.
Borja Cobeaga (derecha) durante el rodaje de su última película No controles, en Bilbao.FERNANDO DOMINGO ALDAMA

Los premios

- Festival de Málaga. Arriya, de Alberto Gorritiberea, gana a la Mejor Actriz de Reparto, Vestuario, Fotografía, Banda Sonora y Ópera Prima.

- Festival de Nantes. No controles, de Borja Cobeaga; Premio del Público. Balada triste de trompeta, de Álex de la Iglesia; Premio del Jurado Joven. Prohibido recordar, de Josu Martínez y Txaber Larreategi; Mejor Documental. 80 egunean, de Jon Garaño y José Mari Goenaga; Mejor Ópera Prima.

- El Festival de la UNAM de México. Aita, de José María de Orbe; Mejor Largometraje.

- Festival de Guadalajara Mención especial del jurado a Itziar Aizpuru por su trabajo en 80 egunean..

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_