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Columna
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Los Reyes son realistas por instinto

Todos los reyes son monárquicos por naturaleza y deberían ser realistas por instinto, pero no siempre es así. En la España actual contamos con reyes realistas. Se han ganado al pueblo y son respetados internacionalmente, cosa que no ocurrió ni con Carlos IV ni con su hijo Fernando VII, que nos jorobaron el siglo XIX, el más desventurado de nuestra historia.

Don Juan Carlos y doña Sofía presidieron esta semana la entrega de los XXVIII Premios Internacionales de Periodismo Rey de España y el Premio Don Quijote de Periodismo, que organiza la agencia Efe con la colaboración de instituciones nacionales y autonómicas (la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha).

El acto se celebra a primeros de abril y ya tiene fama de ser uno de los eventos oficiales más brillantes y divertidos que se realizan anualmente en Madrid.

Además de don Juan Carlos, hablaron el presidente de Castilla-La Mancha, la secretaria de Estado de Cooperación Internacional y el presidente de Efe. Pasaron por el estrado a recoger sus premios periodistas de Colombia, Portugal, México y España. Se proyectó un espléndido documental sobre el reloj y su vertiginosa utilización por personalidades políticas, culturales y sociales de todo el mundo. Y, como sorpresa, un pequeño y vibrante concierto del Orfeón Pamplonés. Todo ello se desarrolló en una hora y 10 minutos, exactamente.

El Orfeón Pamplonés dejó boquiabiertos a todos los asistentes. Empezó con el Aleluya de Händel. Los componentes del coro estaban distribuidos por toda la sala de forma aparentemente aleatoria. Daba la impresión de que en cualquier momento se levantaba de su asiento y se incorporaba al orfeón cualquier persona que tuvieras a tu lado. Sonido, perfecto. Clamor, unánime.

Los atisbos republicanos se diluyen con monarcas así. Ya tuvimos dos Repúblicas que acabaron como el rosario de la aurora. Con espectáculos así, todo el mundo querría asistir a actos oficiales.

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