Un reto para Sortu
El ataque de dos militantes de ETA contra un gendarme francés, que resultó herido, en un control de la localidad gala de Vallier rompe las reglas del comportamiento de la banda. Ya resultó insólito que, hace un año, ETA asesinara por vez primera a un gendarme francés. Pero, en esta ocasión, además el ataque se ha producido en una etapa de declaración de tregua.
La única explicación que ofrecen los expertos a este comportamiento es el grado de acoso en el que se encuentra ETA. Sus militantes no disponen de los recursos de antaño y su respuesta es a la desesperada. Es otra muestra más de una banda terrorista en decadencia.
ETA es, además, un auténtico problema para la izquierda abertzale, agravado con el tiempo. Ayer, todos los partidos estaban pendientes de la respuesta de la izquierda abertzale a este último comportamiento violento de la banda terrorista, más aun cuando en medio de grandes dificultades jurídicas y políticas, trata de abrirse paso para estar presente en las próximas elecciones municipales del 22-M.
Bildu, la coalición que la izquierda abertzale comparte con Eusko Alkartasuna y Alternatiba, rechazó el tiroteo y garantizó la continuación de la tregua. Pero falta Sortu, inmersa en plena batalla jurídica en la que pretende demostrar que ya no es el brazo político de ETA y que puede ser un partido legal.
Saben los dirigentes de Sortu que necesitan manifestar el rechazo a la violencia de ETA no solo en general sino ante hechos concretos, como el ataque al gendarme francés, para ganar credibilidad ante los tribunales. Lo hicieron hace un mes, donde a la condena de actos de kale borroka producidos aquellos días, reiteraron su compromiso de contribuir al fin de la violencia. También se espera que lo hagan ahora.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.