Alonso: "El golpe ha sido un lance de carrera"
Ayer fue un día duro para Fernando Alonso y, sin embargo, el asturiano se fue de Malasia con buen sabor de boca. No por la carrera, que fue un vía crucis para él, sino por las sensaciones que tuvo al volante de su Ferrari, que flojea en la cronometrada, con cuatro gotas en el depósito y zafarrancho de combate, pero que en carrera exhibe un ritmo similar al de los más rápidos, Sebastian Vettel aparte. El sábado, el español salió mal parado por la falta de músculo del coche; ayer, dos errores suyos le dejaron sin podio.
Dos semanas atrás, en Albert Park, Alonso eligió mal la trayectoria al arrancar y quedó embutido entre el tráfico. Ayer le volvió a pasar. Nada más deshacerse de Webber, vio cómo los dos Renault le adelantaban como cohetes al llegar a final de recta; cómo Massa, su compañero, se ponía a su altura y le dejaba atrás, y cómo, antes de completar el primer giro, había perdido dos posiciones y circulaba el séptimo.
La remontada que protagonizó después le catapultó hasta la cuarta plaza, justo detrás de Hamilton, una vez completadas las tres paradas programadas. En ese momento (vuelta 43), circulaba medio segundo más rápido que el británico y estaba encima de él, apretándole las tuercas y metiéndole el morro rojo a final de recta, ahora por la derecha y ahora por la izquierda, y eso que no podía disponer del alerón trasero móvil porque se le averió.
El de Oviedo se abrió para iniciar una maniobra de ataque (vuelta 46), midió mal y rozó con el alerón delantero el neumático trasero del McLaren. El toque le deshilachó la aleta frontal y le obligó a enfilar el camino de los garajes, donde los mecánicos le colocaron un morro nuevo (vuelta 46) en una operación que le alejó definitivamente del cajón.
Nada más bajarse de sus respectivos monoplazas, los dos implicados fueron citados por los comisarios para que ofrecieran su versión de los hechos. Sus argumentos no debieron de convencerles porque ambos abandonaron la sala con una penalización de 20 segundos. A Alonso se le castigó como responsable y a Hamilton por defenderse de los ataques de su adversario dando tumbos con el coche, prohibido desde el año pasado, precisamente, tras varias quejas en contra del corredor de McLaren. El británico perdió la séptima plaza en favor de Kobayashi.
"El golpe fue una pequeña desgracia, pero es un lance de carrera. Me he abierto para adelantarle, nos hemos tocamos y he perdido la ocasión de luchar por el segundo puesto, que era lo que merecíamos", dijo Alonso, que exculpó a su rival. "Tenía que aprovechar las dos primeras vueltas de los neumáticos tras haberlos cambiado porque es cuando están más frescos y puedes sacarles más partido". "Así son las carreras", resumió Hamilton, más cabreado por la estrategia que le marcaron desde el muro que por el choque en sí.
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